“En misión” con los vecinos

 
Desde Santiago (Chile) nos llega la experiencia que algunas de las focolarinas que allí viven hicieron al adherirse a la “Misión territorial” que convocó la Parroquia del barrio.

Misión0El focolar femenino está cerca de la parroquia Epifanía del Señor y solemos ir a Misa allí. Un día, María Elisa, al terminar la Misa conoció a José, un señor que el párroco había nombrado “encargado de la Misión territorial”. Ese contacto hizo que entablando una conversación al respecto, llegara a nuestro focolar y conociera algo de nuestra espiritualidad de la unidad.

En la Misión nos comprometimos 3 focolarinas de las 6 que vivimos en el focolar.
Muy bonito fue Pentecostés cuando recibimos la cruz de la Misión. Éramos alrededor de 20 personas. A través de las reuniones preparatorias se fue creando un lazo profundo entre todos, se advertía una comunidad viva y así comenzó la Misión.

Misión2El sector de la parroquia se caracteriza por la presencia de adultos mayores y se privilegió visitar sobre todo a los ancianos que viven solos. Nuestro compromiso como misioneras (María Elisa, Carolina y Neldi) era en el edificio donde vivimos, que consta de 4 cuerpos. Con don Julio, uno de los conserjes con el que mantenemos una relación cercana, compartimos el plan y se convirtió en el 4to. misionero del edificio; la primera puerta fue la de la Sra. Eliana -93 años- que vive sola. Por don Julio supimos Misión4que entre dos conserjes se turnan para hacerle las compras y cuidarla. Nos preguntó una y otra vez por qué estábamos allí. Hablamos de la familia que es la Iglesia, de la alegría de estar con ella. Se dio un clima muy especial, una presencia de Dios que nos hizo sentir “familia” y quedamos de volver ya que desea recibir la Eucaristía. Al párroco le comentamos lo sucedido y está feliz de que don Julio, como ministro se la pueda llevar. Ahora estamos preparando el terreno.

Misión6La Sra. Silvia, una anciana muy culta, que también vive sola, se sorprendió que alguien de la Iglesia fuera a visitarla. Quedó interesada y propuso reunir a todos los residentes antiguos (como ella) para compartir lo que le habíamos llevado.

La última acción fue la visita a los puesteros de la feria que funciona los domingos cerca de la parroquia; la reacción de casi la totalidad de ellos fue sorprendente y los 9 misioneros que fuimos probamos la alegría desbordante de haber “salido” al encuentro de quien pudo manifestar su alegría por la visita, siendo católico, o evangélico, o indiferente, o no creyente.

Normas(500)