La familia de los Focolares de San Miguel de Capiatá, Lambaré, Coronel Oviedo, Caazapá, Caaguazú, Santa Rita, Ciudad del Este y Encarnación celebraron de distintas maneras un aniversario que tuvo el sabor de una fiesta de cumpleaños, por la alegría que reunió grandes y pequeños, y por la gratitud hacia Dios por un regalo tan grande como lo es el carisma de la unidad.
El barrio de San Miguel, fundado por iniciativa de unos vecinos de barrio Republicano de Asunción y de miembros del movimiento, fue el primero que reunió a vecinos y amigos en torno al salón comunitario para un asado amenizado por el baile de las alumnas de la escuela Unipar.
Caazapá, Caaguazú, Luque y Lambaré fueron los centros neurálgicos del “Laboratorio Hombre Mundo” que vio un despliegue de adolescentes trabajando concreta y continuativamente para la fraternidad. Además, en Lambaré, en un cruce del camino de la vida, el movimiento se encontró son la comunidad ava guaraní Cerro Poty, en la peor época de la inundación del río Paraguay. Recolección de bienes de primera necesidad, pero también tardes de juegos con los niños y un valioso auxilio en la búsqueda de una solución habitacional definitiva, fueron los “lugares” del encuentro entre hermanos distintos pero iguales en lo más profundo.
El 14 de setiembre, el colegio Champagnat (Hermanos Maristas) de Coronel Oviedo acogió viejos y nuevos amigos de los Focolares locales y procedentes de Caazapá, Caaguazú, Santa Rita y Ciudad del Este y representantes de Asunción y del departamento Central.
Las vivencias de vida evangélica que jóvenes y adultos contaron, auténticas, profundas y valientes, testimoniaron la vitalidad de una comunidad madura, que recuerda a la Iglesia de la primera hora del cristianismo, allá en Jerusalén.
La familia de los Focolares de Santa Rita se trasladó con gran 
generosidad hasta el Centro Mariápolis de Mariano Roque Alonso para un entero fin de semana. Así preparó un magnífico Asado gaúcho que reunió a más de 600 personas que almorzaron al aire libre, bajo los mangos, en un estupendo domingo de sol entre días lluviosos. Además, la recaudación sirvió para continuar la edificación del Centro Mariápolis, cada vez más casa donde una presencia sutil pero real de María recibe a quienes lo frecuentan para retiros, días de esparcimiento o reuniones varias.
¿Qué decir de Encarnación? Es un espectáculo ver a niños y adultos, profesionales, jubilados, obreros, trabajar juntos para apoyar a la Fazenda de la Esperanza (un centro de 
recuperación de las adicciones) y para ayudar a los matrimonios de escasos recursos económicos que deseaban consolidar su formación participando en el retiro que el movimiento Familias Nuevas realiza anualmente.
De la misma manera, cuándo un señor de Ciudad del Este tuvo serios problemas de salud, la comunidad local no dudó un instante en preparar y vender comida y poner en común lo que cada uno pudo, hasta que se pudieran realizar las intervenciones médicas necesarias. Indescriptible fue la conmoción de la persona interesada cuando recibió la ayuda.
Ver crecer la vida asombra. Siempre. En este caso, los primeros “apóstoles” del ideal de la unidad de Chiara Lubich en Paraguay pueden decir que vieron nacer y desarrollarse comunidades cristianas vivas, en grado de dar vida a espiritualmente a Jesús en su seno. Un Jesús concreto, que se puede “tocar”. Esto sucedió, naturalmente, en medio de los dolores presentes en todo parto y en todo proceso de crecimiento, mezclados con alegrías, angustias y esperanzas compartidas dentro y fuera de esta hermosa familia.
Con la colaboración de Silvano Malini
Fotos: Mario Garcete
