La Fundación Lucía nace en el seno del Movimiento de los Focolares y se reconoce como ONG oficialmente desde el año 2008. Con el objetivo de promover la acción social y sobre todo de generar espacios de fraternidad, la fundación trabaja para mejorar la realidad local mediante el diálogo y la participación activa de los sectores más vulnerables de la sociedad. Se desarrollan específicamente cuatro programas de ejecución permanente en los barrios “Nueva Esperanza” y “Antena” ubicados en la ciudad de Alderetes, Tucumán; se trabaja en los ámbitos de educación, salud, deporte y promoción social. En el ámbito educativo se dicta apoyo escolar a alumnos del ciclo primario y secundario.
Este año se trabajó con un equipo de docentes voluntarias, jóvenes y adultas de la ciudad de San Miguel de Tucumán y ex alumnas del apoyo escolar que ahora brindan su colaboración dictando clases a los niños de su barrio. Las clases consistieron no sólo en la enseñanza básica -leer y escribir- sino también en el aprendizaje de valores tales como el respeto, la solidaridad, la cultura del dar y del amar como ejes centrales para su vida diaria. Para ello se hicieron actividades durante el año con temáticas relacionadas al cuidado del medio ambiente, entre ellas, el proyecto “Hombre mundo” con la participación activa de los Gen 3 (adolescentes del Movimiento) de la ciudades de San Miguel de Tucumán y Lules. En esta actividad los Gen 3 junto con los niños y algunos adultos del barrio y con el gran apoyo de la comunidad llevaron a cabo una jornada en la que se refaccionó la plaza del barrio, se realizaron juegos con los niños y una merienda. Actividades de este tipo se hicieron también a lo largo del año como por ejemplo, el festejo del día del niño, tardes de cine para los niños (propuestas por los “Jóvenes por un mundo unido”) y diversas acciones donde se pudo poner en práctica la “cultura del dar” construyendo así espacios de fraternidad entre los distintos grupos de la comunidad y del barrio.
Como cierre del año las docentes del apoyo escolar organizaron un acto donde se pudo ver todo lo aprendido durante el ciclo lectivo. Se contó con la participación y colaboración de toda la comunidad, así como también de los padres de los niños. Se representó un pesebre viviente, donde se transmitió el mensaje de amor de Jesús y se vivieron momentos de unidad y alegría en los números presentados (bailes, representación de un cuento trabajado en clase, canciones). Por último, se compartió una merienda y el brindis.