“Una profesional, que en el ambiente médico, se dedicó plenamente  a todos los que sufren”. Así podemos definir a Arnilda Victoria Karayacich Insfran, a quien todos llamaban Nena.

Una Voluntaria del Movimiento de los Focolares de Paraguay, conocida odontóloga, quien fundó junto con otros profesionales el primer centro de rehabilitación integral de su País,  para niños, jóvenes y adultos con discapacidades físicas.

Conocida y apreciada, se especializó en la curación del labio leporino, dedicando a esta tarea su esfuerzo y energía. Preparaba las prótesis que le permitían a los niños chupar la leche y luego iniciar el camino de terapias, más bien largas, hasta la recuperación definitiva.

En 1968 conoce la espiritualidad de los Focolares a través de otro voluntario del Movimiento, también médico. Fue un encuentro que cambió su forma de trabajar, dando nuevo empuje a su amor hacia el prójimo: desde ese  momento aprende a amar y a reconocer el rostro de Jesús en cada uno.

En 1973 funda, junto con otros profesionales, el primer centro de rehabilitación integral del Paíspara niños, jóvenes y adultos con discapacidades físicas: un proyecto al cual  se dedica completamente, logrando ir adelante incluso  cuando en el trabajo existen momentos difíciles, manteniendo  siempre la serenidad.

Nena es también una de las pioneras de una obra social en Capiatá, a 20 km de Asunción, la capital del Paraguay. Hoy “San Miguel de Capiatá” se presenta como un pequeño pueblo compuesto por 35 familias que tienen una vivienda, una escuela habilitada  por el Estado para casi 120 niños, un centro de asistencia médica,  un salón comunal, talleres de artesanía…. Es un pequeño oasis en medio del campo, donde muchos han re encontrado su dignidad.

Apreciada profesionalmente e investigadora inquieta por los últimos descubrimientos de la ciencia,Nena fue autora de textos de información y de formación en el ambiente de la medicina. Muchos colegas, sobretodo los más jóvenes, vieron en ella una “maestra”. Recordamos la generosidad como una de sus características: “Transmitía –dicen- los conocimientos con la conciencia de que nada le pertenecía, sino que todo es de Dios y que por lo tanto, debe ser compartido. Frecuentemente ponía a disposición el auto si alguien lo precisaba u ofrecía la casa de vacaciones para recibir al que necesitaba hospitalidad”

Cuando Nena se enferma de Alzheimer una de sus alumnas la atiende aplicándole una terapia que años antes ella misma le había enseñado. Y lo hace gratuitamente, como signo de reconocimiento.

La enfermedad le quita la fuerza física, la capacidad de movimiento, de expresión y de palabra, pero conserva siempre su mirada limpia y ni siquiera pierde  la paz, señal de una vida vivida en  el amor a Dios y al prójimo.