Escriben desde la Mariápolis Lía

El 7 de noviembre recordamos a Vittorio Sabbione al conmemorarse 7 años de su fallecimiento. En coincidencia con esta fecha, el salón Civitas Dei recibió el nombre de Auditorio Vittorio Sabbione. Fue una manera de decirle nuestro gracias a quien durante toda su vida supo abrir nuevos horizontes.

Ocasión también para que muchos de los que lo conocieron expresaran su recuerdo de Vittorio. Eladio Minetti nos dice: “Vittorio fue un gigante en misericordia. El creyó en mi cuando yo todavía no sabía que Dios me había llamado, gracias también a él estoy en la Obra”.
Inés Blanco recuerda: “Una expresión muy suya cuando se refería a nuestra vida de unidad era: ‘tremenda y estupenda’ consciente que solo después de la muerte vivida por amor, ¡viene la resurrección!”
Francisco Canzani: “Era un grande y no escondía sus debilidades. Se percibía su inteligencia, pero sobre todo su continua búsqueda de Dios y en consecuencia de los demás”.
Silvia Escandell: “Por su experiencia previa al Ideal (casado, político, profesional) tenía raíces solidas que no dudó en dejarlas arrancar, para trasplantarlas en María Desolada y dejarse transformar en Ella”.
Carlos Mana: “Nos trajo lo más hermoso que tenemos, el descubrimiento que cambió nuestras vidas y le dio sentido. Nos trajo el Ideal de los Focolares y no lo impuso, lo dio y quien lo quiso tomar lo tomó y hasta donde cada uno sintió que debía compometerse. Siempre esperó… supo esperar, acompañar, sufrir, corregir con fuerza y amor, iluminar…”

No podemos hablar de Vittorio sin recordar a Lia. Todos sabemos que juntos fueron quienes trajeron el Ideal de la Unidad a estas tierras y construyeron la Obra dando la vida en cada momento.
Nanni Espinosa se encargó de comentar esta temática.
A conclusión Claudio Alvarez pionero en la Mariápolis y una joven de Guatemala Magda Mucia Chirixdescubrieron la placa con el nuevo nombre. En este gesto quisimos simbolizar que la vida de Vittorio y de quienes lo acompañaron desde el inicio, sigue hablando a las nuevas generaciones. Como recordaba Bruno Venturini en su pasaje por la Mariápolis en 2011: “la impresión que se tiene es que Vittorio está vivo, no es una persona que pasó entre tantas sino alguien que permanece”.