Ricardo Fernández

 
Trabajó para renovar la humanidad (20 de julio de 1949 / 10 de abril de 2007)

papá2Nacido en Buenos Aires, ya de adolescente fue miembro de la Acción Católica. Llevado por su espíritu apostólico y concreto formó parte del primer grupo de las “Misiones rurales argentinas”. Su generosidad lo lleva, junto con su esposa, a tener en guarda y formar familia con un grupo de niños en distintos períodos. Apasionado de política, milita en la Democracia Cristiana. Voluntario del Movimiento de los Focolares, es responsable de núcleo, de comunidad y de Humanidad Nueva.

 

Un momento decisivo para Ricardo fue conocer la espiritualidad de la unidad en un encuentro de comunidad: “Aplaudí a rabiar y abracé plenamente este Ideal”, dirá más tarde.

En 1973 se casan con Aurora y poco después, con muchísima generosidad, durante algunos años reciben 7 niños en guarda en distintos períodos, integrados en un programa de familias sustitutas, mientras nacen sus propios hijos, Stella Maris, Mariángeles y Cristian. Desde entonces su vida se desarrolla entre dos polos: su familia y su compromiso en los Focolares como voluntario. En esta rama del Movimiento fue responsable de núcleo y, con el tiempo, también de una comunidad.

Su compromiso en política partidaria lo llevó a enrolarse en la Democracia Cristiana a nivel nacional y desempeñarse durante años como secretario de un legislador en la cámara de diputados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Aurora, Ricardo y Christian

Cuando en diciembre de 2006 le fue diagnosticado un tumor de tratamiento delicado escribía: Le pido a Jesús que este momento que estoy viviendo sirva para que tu puedas llevar realizar plenamente el Carisma (…). El don más hermoso de esta experiencia es la unidad plena construida con toda mi familia, de modo especial con Aurora”. Fue una carrera algo especial en la última etapa de su Santo Viaje. Viviendo el momento presente logró estar siempre en el amor, acompañado por sus amigos voluntarios que estuvieron a su lado. hasta el último día..

“Una de las últimas veces que lo fuimos a visitar –recuerda Carlos Mana, corresponsable del Movimiento en Buenos Aires- nos pareció vivir un momento extraordinario, de gran normalidad entre Cielo y tierra. Ese día hicimos con él un pacto para vivir cuando llegara Paraíso, con todas las gracias que tendría que conseguirnos y ayudarnos, sobre todo en desarrollo del Movimiento Políticos por la unidad, la campaña de suscripciones de Ciudad Nueva -amaba mucho la revista, convencido del bien que hacía en las personas-, la unidad del Movimiento y las comunidades locales”.

En la mañana del 10 de abril de 2007 partió para la casa del Padre, rodeado de su familia. Sus restos descansan en el cementerio de la Mariapolis Lía, donde deseaba ser sepultado. Había recibido de Chiara Lubich el nombre de “Numan” (Nueva Humanidad) y la palabra de vida: “Todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre la roca” (Mt 7,24).

Una poesía de su hija Stella

Un Gracias especial

Gracias Pá!
Porque me enseñaste que lo más importante en la vida es amar
y ser feliz dando ese amor a todos, cueste lo que cueste…

Gracias Pá!
Por cada nueva sorpresa, por cada gesto concreto y silencioso
con el que me demostrabas tu amor tan pero tan grande
en cada oportunidad que encontrabas…

recibida
Ricardo, Stella y Aurora

Gracias Pá!
porque de vos aprendí lo que significa jugarse por el otro,
ser coherente con lo que uno piensa y ser libre plenamente!

Gracias Pá!
Por transmitirme el valor de la amistad verdadera que dura
más allá del tiempo y la distancia y que me habla de un corazón
gigante…el tuyo!!!

Gracias Pá!
Porque nunca te rendiste. Porque en los momentos más difíciles
supiste dar tu “si” sin peros ni cuestionamientos,
seguro del amor de Dios por vos.

Gracias Pá!
Porque con tu alegría y picardía me ayudaste a enfrentar
en paz y con una sonrisa el dolor tan grande de perderte,
…o mejor dicho, de tenerte de otra manera,
y con eso sellaste en mi alma la certeza del Paraíso!

Gracias Pá!
porque te siento más presente que nunca,
porque tu amor me sigue llenando el alma a
través de mil maneras distintas!

Gracias Pá!
Por cuidarme y cuidar a las personas que quiero,
siendo su “angel custodio secreto”!

Gracias Pá!
Por haberme hecho experimentar con vos
momentos de cielo, cuando casi sin fuerzas físicas,
te preparabas y nos preparabas para la verdadera
vida y emprendías tu “vuelo”…

Gracias Pá!
Quiero que mi vida sea un gracias por todo lo que hoy te debo…
Gracias por todo,… por tanto,…pero sobre todo:
GRACIAS por ser mi papá!

(Stella Maris Fernández, 9 de abril de 2011 a las 0:23)

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