Construir puentes culturales

 
Un lugar rodeado de una rica geografía entre cerros y viñedos. Tres días festivos. 200 personas. Los condimentos ideales para una Mariápolis. En Chile, la urgente necesidad de gestos de unidad como un aporte fundamental a toda la sociedad.

Nuestra experiencia en la Mariápolis es lo mejor que nos sucedió como familia. Nos hacía mucha falta concentrarnos en lo que es realmente importante: llenar nuestro corazón de amor con Dios, el prójimo y nosotros mismos”. Expresa un matrimonio compuesto por un ecuatoriano y una chilena al finalizar la Mariápolis. Y agregan: “En estos tiempos tan difíciles y de tanto stress en donde es muy fácil distraerse del camino correcto, ese que nos conduce el amor de verdad y que nos lleva a formar “puentes de unidad”. Sentimos que nada ha sido casual. Nos vamos con el corazón lleno”.

Concluyó, luego de tres días, el lunes 15 de agosto en el Centro Mariápolis en Cunaco, Chile, “con un especial sentimiento de gratitud a María”, como dicen los organizadores, que contó con la participación de alrededor de 200 personas del país. “Profundizando la unidad nos hemos sentido interpelados a construir puentes en una sociedad especialmente fragmentada y cada día más heterogénea en su conformación. De hecho proveníamos de 11 naciones diferentes de Latinoamérica, reflejo del nuevo enriquecimiento cultural que vive el Chile de hoy a través de la acogida de tantos hermanos inmigrantes”.

mchile08

La belleza del entorno del Valle de Colchagua, la presencia significativa de jóvenes y niños, sin duda han ayudado a experimentar los frutos de la Presencia de Jesús en medio de la comunidad. “Obstáculos de clase, origen o sencillamente de nivel económico, no han impedido que nos reconozcamos y sintamos hijos de un mismo Padre y hermanos entre nosotros. El Ideal de Jesús, como lo expresa Chiara, la Unidad, es esperanza segura de un mundo unido y, por cierto, que queremos llevar en nuestro momento presente a todo rincón de esta ‘larga franja de loca geografía’”.

“¡Feliz!”, dijo un adolescente cuando se le preguntó sobre lo que se llevaba de la Mariápolis. Y una joven mejicana: “me ha gustado mucho conocer el carisma y como viven la fe en comunidad. Me he sentido acogida, como en casa. He vibrado con el enfoque y me gustó mucho el espacio compartido: canciones, temas, actividades, convivencia, todo. En verdad experimenté a Jesús en este fin de semana.”

Fotogalería

Normas(500)