De Argentina a Indianápolis tras la Economía de Comunión

 
Agostino Pini, un joven de San Nicolás, Prov. de Buenos Aires, nos cuenta sobre la experiencia que está haciendo en la pasantía en una empresa de Economía de Comunión.

Me llamo Agostino Pini y hoy me encuentro realizando una pasantía en una empresa de Economía de Comunión, se llama Mundell & Associates y está en Indianápolis, Estados Unidos.
¿Como llegue a acá se preguntarán?, Bueno,el año pasado, decidí asistir a un taller de Economía de Comunión , con la expectativa de encontrar una forma nueva de encarar mi profesión. Me había recibido de abogado el mes anterior y la experiencia laboral me había mostrado un mundo muy alejado del amor reciproco y el bien común.
0e1b5133-be82-43ef-9054-8056f608cca9Recuerdo que el taller me encantó, quedé sorprendido con las experiencias, y me divertí mucho con los juegos. Sin embargo lo que más rescato fue el click que mi cabeza hizo, entendiendo que si quería encontrarle sentido a mi profesión y a lo que podía hacer con ella, tenía que ser, de la mano con los principios de la Economía de Comunión.
Luego del encuentro, y de hablar con muchas personas sobre sus distintas experiencias, decidí que el próximo paso era conocer una empresa por dentro, vivir el día a día, para poder entender desde la práctica todas estas buenas ideas. Fue así que llegué a Estados Unidos, preparado para hacer una pasantía en la empresa de los Mundells.
La verdad es que todo ha sido muy enriquecedor, estoy participando en distintos proyectos, y aprendiendo muchísimo. Me he podido relacionar con la gente de los Focolares de esta zona, como también con algunas personas del barrio en el que vivo.
No quiero extenderme mucho así que les voy a contar muy brevemente sobre el proyecto más grande que estamos emprendiendo.
Resulta que aquí en Estados Unidos, al igual que en Argentina, las personas con antecedentes penales no tienen muchas posibilidades a la hora de conseguir trabajo, por lo que, una vez que salen de la cárcel, la situación, lejos de mejorar, empeora. Viendo esté problema, quisimos buscarle una solución, fue así como se nos ocurrió crear una empresa en la cual podamos emplear estas personas, y así, empezar a aportar nuestro pequeño granito de arena.
Nos centramos en un grupo específico, las mujeres, y luego de mucha investigación, pensamos, ¿Por qué no creamos una fábrica de muebles?, la idea nos entusiasmaba, pero queríamos que sea mas especial, por lo que decidimos que para un mayor impacto local, íbamos a utilizar madera y demás materiales reciclados, es decir, encontrados en la calle, materiales que de otra manera, terminarían en la basura.
Pero también queríamos tener un impacto internacional, es así que se nos ocurrió comprar telas creadas por pequeños productores de distintas partes del mundo, e incorporarlas a las distintas piezas mobiliarias. Por ejemplo, imagínense una silla con el almohadón forrado con una tela traída de Camerún, Malasia, India o Haití. Las posibilidades son infinitas.
Hoy el proyecto se encuentra muy bien encaminado y esperamos se lance a fines de este año. Por lo que el año que viene tendremos las repercusiones de sus primeros pasos.
A modo de conclusión, puedo decir, sin miedo a equivocarme, que gracias a esta pasantía, pude conocer en profundidad la Economía de Comunión como también encontrar mi vocación.
Me toca volver a Argentina muy pronto, y lo hago con la fuerza y determinación para cambiar la realidad que me rodea, utilizando los dones que Dios me dio y sabiendo que el un mundo mas justo y unido es posible.

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