Mariápolis en Mendoza: una casa abierta a todos

 
Una ciudad invadida por personas de distintas edades y proveniencias generan una corriente de amor recíproco que contagia a todos los habitantes del lugar.

Del 8 al 10 de octubre pasado se realizó en La Colonia (Junín, Mendoza, Argentina) la “Mariápolis 2016”, una invitación dirigida a familias, niños, jóvenes, adultos, de vivir bajo una única ley: la ley evangélica del Amor mutuo, para experimentar la unidad y amor confiados en las palabras de Jesús: “Donde dos o más se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos”.

Este año, ante la invitación del Papa Francisco de salir y trabajar juntos, se pensó en hacer una Mariápolis inserta en una ciudad, trabajando en conjunto con la gente del lugar y con las personas que acudirían de todo Cuyo.

mza03Se gestó por muchos meses de trabajo, planificación, organización de cosas concretas, pero sobre todo con el profundo deseo de poder construir este Mundo Unido que buscamos, en esta porción de sociedad que Dios nos entregó. Así fue como desde el primer momento dejamos todo en manos de Él y nos dispusimos a tratar de vivir su voluntad momento por momento.

Desde los primeros momentos, se hizo presente con Su Providencia. Gracias al Padre Mariano Carrizo, gente de la parroquia Ntra Señora del Líbano y personas de la Municipalidad de Junín, se pudo contar para realizarlo con los espacios de encuentro (la Casa del Bicentenario, el Polideportivo La Colonia, el Centro Universitario del Este) y con la inestimable colaboración de sanmartinianos y juninenses que alojaron en sus casas a participantes, brindándoles comidas y ayudando en aspectos prácticos de la organización.

Como el espíritu de esta Mariápolis fue desde el comienzo “Una casa abierta a todos”, se realizaron actividades concretas y prácticas para poder lograrlo, y nuevamente en conjunto con gente del lugar y de la Municipalidad de Junín se llevaron a cabo diversos talleres y actividades durante la tarde del domingo 9: talleres de pro-socialidad, de ecología y juegos para chicos en la escuela del Barrio Gran Capitán, talleres de música, reciclado y tejido, y arreglos en el Hogar de Admisión del Este y en la Escuela Madre Amable.

La idea de esta Mariápolis era demostrar que una ciudad coloreada por el amor es posible. A través de exposiciones, experiencias y actividades se buscó transmitir en todo momento este ideal de amor y unidad, y así poder contagiar y alentar a todos los presentes a que sean protagonistas y partícipes de esto, que cada uno lleve este amor y esta alegría a sus lugares y actividades cotidianas, y así, de a poco ir pintando este mundo, transmitiendo con cada gesto, desde lo pequeño hasta lo más grande, este amor de Dios y cumplir con el deseo de Jesús: “Padre, que todos sean uno”.

(Con la colaboración de Santiago Tagua y Luis Molina, Mendoza)

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