Con este lema del 1 de octubre al 19 de noviembre se desarrolló en la Arquidiócesis de Resistencia una misión pensada en estrecha colaboración entre sacerdotes, religiosos y laicos. Se proponía ser una expresión visible y comprometida de vivir en plenitud el amor misericordioso del Padre.
La centralidad de la misión, nos decía Mons. Dus , es la relación como está expresada en el pasaje del nuevo testamento, cuando María visita a Isabel, allí se ve el don reciproco, el ir al encuentro del Dios que ya existe en el otro. Es el otro que muchas veces nos revela el don que Dios nos ha confiado.
Como Movimiento de los Focolares fuimos convocados para diferentes etapas de la misión: comisión redactora de los subsidios, formación de misioneros, comisiones inter-movimientos, testimonios sobre el ir al encuentro, etc.
Con el objetivo de poder llegar a todos se analizaron las experiencias que ya existían y se conformó también un grupo de jóvenes pertenecientes a diferentes parroquias y movimientos que preparó material formativo y de difusión para las familias, los jóvenes y la misión en los espacios públicos.
El 19 de noviembre, coincidiendo con el cierre de año de la misericordia, se realizó un acto central y una misa con más de 5000 participantes. El clima era de fiesta, de misericordia. Se sucedieron sobre el escenario ancianos, jóvenes, y niños que compartían como fueron al encuentro de quienes más los necesitaban o aquellos que los ignoraban o trataban mal.
Cerrando la misa conclusiva, un Magnificat expresaba la alegría y el compromiso como Iglesia de Resistencia de ser como nos dice Papa Francisco “… puerta siempre abierta, a quien te busca con corazón sincero….”