El fin de semana largo de noviembre fuimos invitados a participar en la cuarta edición de “Shabaton” en la Mariapolis Lía realizado por la comunidad Bet El con la rabina Silvina Chemen. Ella misma lo describe maravillosamente en su muro de facebook:
“No hay ni imágenes ni palabras, para transferir esta experiencia. Shabaton 2016, en Mariapolis Lia, junto con el Movimiento de los Focolares, la comunidad Bet El, y judíos y cristianos de otras congregaciones, vivimos la hondura del estar juntos, en los momentos sagrados de cada uno.
Cada uno que puso lo mejor de sí para entretejerse con el otro. Cada sonrisa, cada pregunta, cada plegaria compartida, cada esperanza sembrada transformó el lugar en una porción de cielo, acá en la tierra. Gracias emocionadas a todos”.
La experiencia de comunión tiene un largo camino que se ha profundizado con los otros Shabaton en la Mariapolis y durante este año por las “Lecturas compartidas” que realizamos cristianos y judíos regalándonos nuestra vivencia espiritual a la luz de textos del Primero y Segundo Testamento.
En estos días hemos iniciado el Sahabat, luego de preparar el pan que comeríamos en la mesa compartida y bendecida, cuando al llegar el crepúsculo todo comenzó a encaminarnos hacia ese “lugar” sagrado que nos habita más allá de nuestras identidades y que podemos compartir regalándonos nuestro modo de oración y la sabiduría de nuestros textos.
Así nuestros hermanos nos introdujeron y compartieron sus oraciones y ritos. Cena y canciones fueron un motivo más para conocernos y compartir.
El Sábado celebrando en el templo con la presencia de la Torá cuya silenciosa presencia condensaba siglos, búsquedas y vivencias de un pueblo que en su experiencia religiosa abre huella al tesoro del monoteísmo para toda la humanidad.
Tarde de silencio y reposo para que el alma asome por sobre los ritmos cotidianos. Compartimos en la libertad de nuestros intereses también la misa cristiana que abrió la riqueza de sus ritos y hermanándonos en tantos signos y palabras compartidos en una tradición que nos encuentra cercanos vibrando juntos.
“Lecturas compartidas” fueron otro motivo para regalarnos saberes, sentires y búsquedas de acercarnos al insondable misterio de la revelación que dialoga con el hombre en las circunstancias de la historia. Nos hermanábamos preparando el corazón para iniciar un camino hacia una nueva oportunidad de justicia y paz que llega con el Adviento camino a la Navidad y la Teshuvá de inicio del nuevo año judío.
El lucero nos encontró orando abrazados sintiendo que la oración junto a la luz y el perfume de la primavera son anuncios de esa dimensión en la que queda suspendida nuestra existencia para no renunciarse a sí misma en la tensión de lo meramente humano.
Celebrar y compartir, como expresa Silvina Chemen, son parte de esta maravillosa experiencia de hermandad que nos llamó a iniciar la semana en la mañana del domingo orando todos juntos, para que nuestra mirada compartida quede sostenida en esa dimensión trascendente que nos contiene.
Misa, mesa, diálogos y festejos fueron parte de esa maravillosa experiencia que nuestros hermanos judíos nos ofrecieron, en el marco tan “especial” de la Mariápolis que nos recuerda siempre que la construcción de la historia es y puede seguir siendo un tema de amor.
(con la colaboración de Raúl y Cecilia Dilascio, Buenos Aires)