Fruto de una relación de años con distintas Iglesias cristianas del barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, de manera especial con los Metodistas y Valdenses, surgió la idea de adherir con los gen 4 (los niños de los Focolares) a las actividades que ellos hacen los sábados con niños del barrio en situación de pobreza.
La primera actividad fue la de festejar juntos del día del niño, un momento muy agradable de juegos done todos se conocieron, compartieron la merienda. Para esa fiesta las y los gen 4 regalaron algunos de sus juguetes para compartirlos con los chicos más necesitados.
En diciembre de 2015 adherimos a la invitación de preparar un pesebre viviente en la plaz de Flores, una experiencia de testimonio común que involucró también a muchos papás y miembros de los Focolares para ayudar en las distintas tareas de preparación: estructura del pesebre, vestidos, canto de villacincos junto al coro de los Metodistas en el momento de la representación.
También este año hemos querido repetir la experiencia. Algunas dificultades iniciales, ya que varias ayudas que habíamos tenido el año pasado ahora no estaban, fueron el puntapié para que surgieran otras ayudas inesperadas. Los Valdenses con algunas señoras de los Focolares prepararon un pesebre hermosísimo, con muchos animalitos. Hicimos tarjetitas con un saludo de Navidad que se distribuía (con un equipo de colaboradores espontáneos) entre la gente que estaba en la plaza que a la vez los invitábamos a participar.
Después, una pareja de artistas amigos de los Metodistas comenzaron a llamar la atención del público haciendo un breve espectáculo de magia y finalmente entre cantos de Navidad comenzó la representación del pesebre.
Alrededor del pesebre se acercaron unas 150 personas muy diversas que seguían con atención el espectáculo.
Aún si no habíamos tenido mucho tiempo para los ensayos, es impresionante comprobar cómo los niños, una vez que se ponen el traje toman como propio el personaje, casi como si revivieran el relato.
Para concluir fuimos invitados a entrar al templo Metodista para una oración con velas encendidas como signo que cada uno de nosotros tenía que ser portador dela luz de Navidad en su ambiente. Después compartimos pandulce, galletitas y bebidas para festejar entre nosotros y se distribuyó entre los niños dulces y regalitos.
Un hecho simpático: cuando estábamos en la plaza con todos los niños ya preparados, llega la mamá con el niño que tenía que representar al niño Jesús, entonces se le acerca Joel (el que representaba a san José) y que le dice: “No te preocupes, yo soy el papá, nosotros lo vamos a cuidar”. Al terminar la representación “José y María” pidieron tener en brazos por un rato al niño Jesús.