Chile: en medio de los incendios, la solidaridad

 
Desde Santiago nos escriben contándonos cómo estan viviendo estos días en que los incendios forestales han dejado más de 400.000 hectáreas quemadas, más de 1.000 casas calcinadas y 3.000 evacuados.

La situación en Chile a causa de los incendios sigue siendo muy complicada. Nos escriben desde los focolares de Santiago: “Hoy hace 16 días desde que en todo Chile se lucha contra el fuego. Realmente vivimos una catástrofe

Un incendio de tal gravedad -con 110 areas de fuego contemporáneas- en las regiones del centro y sur de Chile, lo convierten en el de mayor magnitud en la historia de Chile.

2DE86981-13DF-4459-8BFD-D14D2081BFDD_w987_r1_s“Algunas localidades donde viven miembros de los focolares -siguen diciendo- fueron evacuados para evitar pérdidas humanas. Durante muchas noches las personas, junto a los bomberos, voluntarios, están de guardia para evitar que el fuego se propague.

Son innumerables las experiencias de solidaridad que vivimos. Especialemente las que nos cuentan quienes están en el lugar: El padre Alex -sacerdote ortodoxo de la Iglesia Rusa, muy cercano a los Focolares- que vive en el pueblo de Hualqui, fue a celebrar la Santa Misa a Chiguayante, donde está su comulnidad. Mientras tanto el fuego bloqueó la ruta por donde debía volver, entonces regresó a pie para poder estar con las personas que estaban aterradas por el peligro.

Manuel y Silvia viven en Chiguayante, que está rodeado por el fuego. Les pidieron que dejaran sus casas por la gravedad de la situación, pero ellos, junto a sus hijos y los vecinos, arriesgando, se pusieron a ‘limpiar’ el suelo para impedir la llegada del fuego. Si bien está controlada la situación siempre existe el peligro de que cambie la dirección del viento.

Victoria y Jorge con sus tres hijos viven en Tomé que también es una zona de riesgo. Con los amigos de los hijos y otros jóvenes hicieron una colecta de cosas necesarias para quienes perdieron su casa y todo lo que tenían, para llevar a los pueblos más alejados donde resulta más difícil recibir ayuda. Como no sabían como llevarlos pidieron un taxi que los acompañó hasta 70 kilometros para distribuir la mercadería, sin cobrarles nada”.

Hay muchos que están involucrados directamente en el combate del fuego o para asistir a los damnificados. Poco a poco iremos publicando sus testimonios. Todas las noches a las 22 horas convinieron en unirse en oración -e invitan a quienes quieran acompañarlos desde sus casas- para pedir que lleguen las lluvias que extingan los focos de incendio que aún perduran.

 

 

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