El Trébol es una ciudad de poco más de 15.000 habitantes en el centro oeste santafecino (Argentina). Zona agrícola ganadera, es conocida por albergar la primera fábrica de ordeñadoras mecánicas. Los Focolares, llegaron en 1967 y desde allí se difundieron en las localidades cercanas. Los miembros y adherentes del movimiento son muy activos en la vida social, política y religiosa de la ciudad.

Nos cuenta Luis: “En una reunión del Consejo Parroquial en donde están representados todos los grupos y movimientos que conforman la Comunidad Parroquial, se plantea la posibilidad de dar un verdadero sentido a la Navidad haciendo presente su mensaje a los más solos y desprotegidos, los que no tienen con quien compartir la Nochebuena. Es así que se propone realizar una cena en las instalaciones de un predio de la parroquia, para reunirlos y celebrar con ellos el nacimiento de Jesús”.

“Cáritas Parroquial” tiene contacto, por las ayudas que presta, con muchas de las personas y familias en situación de marginalidad, abandono y en algunos casos emigrantes de otro país. Además, a fin de no dejar a nadie sin invitar, solicitaron información al Área Social de la Municipalidad.

Las invitaciones son personales. El párroco con el Director de Cáritas (que conoce mejor la realidad) visitan la semana anterior a cada uno en el lugar en que se encuentran, de esa manera se conoce mejor la realidad y la situación de cada uno. Además se les ofrece ir a buscarlos la noche de la cena que se lleva a cabo el 24 de Diciembre después de la Misa. El párroco en persona va a buscar a muchos de ellos esa noche.

¿Cómo hacen para organizar una cena para tantas personas?

“Se organiza con el aporte de los grupos parroquiales y de la comunidad en general que colaboran generosamente, al punto de que al finalizar se entrega a cada uno una vianda para el almuerzo del día siguiente. Además llegan juguetes para regalar a los niños presentes y la Municipalidad también se hace presente con regalos para todos”.

“La última Nochebuena -sigue Luis-, fue el segundo año que organizamos este evento. Al visitar a los que ya habían participado el año anterior nos manifestaban su alegría por saber que alguien ‘se acordaba de ellos’. Este año se agregaron varios que venían por primera vez. Tratamos de recibirlos con mucha alegría preparando las mesas con esmero y dedicación”.

Entre los asistentes una familia de bolivianos, felices por compartir esta celebración, ya que sienten la nostalgia por la distancia de sus seres queridos, cuentan de qué manera festejan la Nochebuena en su país de origen. Llegan a la cena con su mejores galas tradicionales.

Luis recuerda lo que expresó el párroco en la misa del día de Navidad del año pasado, luego de que realizaran por primera vez esta fiesta:

“Anoche fue una de mis mejores experiencias como sacerdote. Las Navidades pasadas, me la pasaba ‘corriendo’ de pueblo en pueblo a celebrar la Misa totalmente tomado por mis actividades pastorales. Este año viví la mejor Navidad, junto aquellos por los que Jesús manifestó su predilección. Doy infinitas gracias a Dios por ésta hermosa experiencia que dio verdadero sentido a la Navidad”

Este año en la Nochebuena llovió mucho y el párroco salió con su coche a buscar a muchos que viven sobre calles de tierra, en barrios muy alejados de la parroquia.

En la Misa de Navidad dijo: “ Anoche vivimos una nueva experiencia de Navidad. Para buscar a los invitados, tuve que ‘meterme’ en el barro, por lo que me embarré todo..

Me hizo reflexionar: El cristiano tiene que ‘embarrarse’ en la vida por los demás, como lo hizo Jesús. Se embarro por amor a nosotros, a tal punto que quiso nacer en un corral”.

Luis asiente, y agrega: “Para mí fue nuevamente una de mis mejores Navidades”.