“Al sur al sur está quieta esperando Montevideo”, una de las tantas definiciones del reconocido escritor Mario Benedetti a su ciudad, la capital de Uruguay. Una ciudad que se recostó sobre el río, aunque a decir del autor “Para mí es mar y se acabó”. Bella, gentil, cercana.
En uno de sus barrios, el Barrio Borro, humilde, con calles de tierra, con casas que van creciendo de a poco, hace algunas décadas fue tomando forma “Nueva Vida” un Centro Social animado por los Focolares. Fue el lugar elegido para realizar este año el Laboratorio Hombre Mundo en Uruguay. Cuentan los mismos chicos: “comenzamos a soñar nuestro Laboratorio con los gen 3 y Chicos por un mundo unido para las vacaciones de invierno, con la propuesta de un intercambio solidario para dar la posibilidad a chicos, adolescentes, jóvenes y familias de abrir el corazón al mundo unido ‘empezando por casa’, una hermosa ocasión de hacer familia, de conocernos y de ir al encuentro de otros chicos bajo el lema ‘mente, corazón y manos en acción’”.
A ese sueño se sumaron los papás, la comunidad y el grupo “Gente que Avanza” y se trasladaron al Centro Social de “Nueva Vida”, del 12 al 15 de julio, concluyendo el 16 en el Centro Mariápolis “El Pelícano”, para un momento de evaluación y profundización.
“Unos días de donación, de intercambio, de servicio, de compartir, de alegría, de esperanza, de creer que el amar puede construir puentes…”, afirman.
Las actividades fueron muy variadas, desde estar con los chicos del Caif (Centro asistencia infancia y familia, donde concurren niños de 2 a 5 años), Club de Niños, Centro Juvenil, compartiendo lo que ellos hacen día a día, hasta salir juntos a hacer canotaje, ayudar durante los desayunos, almuerzos y meriendas, jugar con ellos.
“Cada día -explican-, después de la evaluación de lo vivido, lanzábamos la nueva consigna del lema para vivir al otro día con alguna respuesta que Chiara Lubich nos fue dando a lo largo de los años”.
El último día participaron en la misa de la Parroquia del barrio, que les permitió conocer los lugares donde los chicos viven con sus familias y gente de la comunidad parroquial. A modo de balance de esos días vividos en el barrio concluyen que “las ‘puertas’ de las relaciones y del Centro Social, quedaron abiertas…
