Como María

 
En la fiesta de la Asunción de María publicamos un pensamiento de Chiara Lubich expresado en una de las conexiones telefónicas que realizaba periódicamente con los miembros de los Focolares esparcidos por todo el mundo.

¿Cómo hacer para que María vuelva a vivir en nosotros? ¿Cómo imitarla, por dónde comenzar?

María es simple, pero es también riquísima. ¿Cómo adecuarse a ella?

Tal vez hay una palabra suya en la que podemos vislumbrar una constante actitud de su vida. Es su “sí”, ese “fiat” (hágase) que pronunció al Ángel, en el momento de la encarnación, y repitió toda su vida.

vitral-de-mariaSí a Dios, a todo lo que le pedía, a todo lo que le iba a pedir; sí a su voluntad.

Recordé ese «sí» en estos días admirándolo repetido en una persona, que bien puede decirse inspirada por el «principio mariano»: la Madre Teresa de Calcuta.

Ella dice que para poder ser nuestro deber ser, para alcanzar la perfección, la santidad, hay que decir: «¡Quiero!», o sea «sí». Decir siempre «quiero» a todo lo que Dios quiere.

La vida, de hecho, para ella se jugó siempre entre un «quiero» y un «no quiero»; entre un sí y un no. Porque para alcanzar la santidad no basta tener confianza en la gracia de Dios y abandonarse a ella, sino que es necesaria nuestra total correspondencia, nuestra voluntad plena: «Quiero».

Para honrar a María que nos presenta en Jesús el fruto de su «sí», de su «quiero», repitámoslo nosotros también con ella.

Cuando me despierto, por la mañana, «quiero» vestirme con el uniforme cristiano del amor recíproco; durante el día, «quiero» el amor recíproco pleno para con cada prójimo que encuentre; «quiero» toda manifestación de la voluntad de Dios captada en los diversos aspectos de mi vida de amor; «quiero» todo dolor que encuentre….

Con este «quiero» nos insertamos de un modo eficaz y fructuoso en esa vida mariana, de la que hoy se tiene mayor conciencia, y que contribuirá sin duda en el próximo siglo, a hacer la Iglesia más bella, más atractiva, más fascinante, capaz de arrastrar las multitudes al seguimiento de Jesús.

Chiara Lubich
En Costruendo il “castello esteriore”, Città Nuova, Roma 2002, pp. 33-35

Normas(500)