Desde su concepción el Movimiento de los Focolares, está inspirado en una espiritualidad con implicancias para la vida social y pública, y desde su llegada a Chile, busca involucrarse desde las bases en la promoción de una praxis y cultura de la unidad. Si bien nos reconocemos una pequeña semilla en nuestra sociedad, hemos deseado celebrar el camino recorrido, proyectándonos hacia adelante en la construcción de un Chile más humano e inclusivo.

Esta instancia buscó principalmente unir y visibilizar actores sociales, organizaciones y buenas prácticas encaminadas en la construcción de la unidad y la convivencia en nuestro país. Desde el reconocimiento de las fuerzas ya operantes en esta dirección, se pretendió abrir espacios de diálogo, para proyectar objetivos alcanzables en la construcción de la fraternidad en Chile.

En el Conversatorio por la Fraternidad, expusieron diversos actores tanto del ámbito académico, como político y social, afrontando el tema desde la diversidad de visiones e ideologías, articulados en tres mesas-panel: “La fraternidad pendiente, mirando a Chile y sus desigualdades”; “Buenas Prácticas y convivencia Social, hacia un observatorio de Fraternidad en Chile” y “Todos y no Algunos, implicancias y desafíos para la realización de la Fraternidad en Chile”.

Entre los panelistas estaban, por ej. el alcalde de Recoleta Daniel Jadue, Susana Claro de “Enseña Chile”, Álvaro Badilla de la “Fundación Fútbol Más”, entre otros expositores.

Tres horas de un ejercicio activo de Diálogo y Fraternidad, al cual invitó la doctora Paula Luengo Kanacri, moderadora del evento. 18 stands acompañaron todo el evento: diversas fundaciones relacionadas con el ámbito social entre las que destacan Techo para Chile, Hogar de Cristo, Fútbol Más, Mujer Levántate, Red Chilena de Aprendizaje-Servicio, entre otros.

“Chile no es un país fraterno, pero tiene vocación a la fraternidad” con estas palabras concluyó el intenso y profundo diálogo entre Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, y Jesús Morán, copresidente mundial del Movimiento de los Focolares, al cierre del evento.

Como expresara un político ateo, emocionado al escuchar la respuesta de Jesús Morán al alcalde, incluyendo a los no creyentes en el caminar juntos hacia la Fraternidad “… ¡A mí también me incluyó!”

Respondiendo al alcalde de Recoleta, Morán explica: “Puede haber cristianos que defienden distintos modelos de economía, visiones políticas distintas, porque serán siempre relativas. Yo creo que lo que no es legítimo es absolutizarlas”. “(Pero) resulta problemático optar por un sistema económico que crea exclusión, que crea descartes -como dice el Papa Francisco-, que crea pobreza. Eso ha sido denunciado hace tiempo por la Doctrina Social de la Iglesia y por los pontífices en los últimos años. Por lo tanto, es problemático, resulta realmente problemático. Una institución católica, como ésta, debería dejarse informar radicalmente y fecundar por el Evangelio y por las Bienaventuranzas en todos los campos y todas las disciplinas y desde ahí hacer ciencia, hacer ciencia económica…”

“Las instituciones católicas están muy lejos de responder a su vocación”. “El Evangelio no te da indicaciones para una opción política, pero sí hay cuestiones de tipo moral que son innegociables, como son la justicia y la inclusión. La Iglesia latinoamericana es una Iglesia que ha tenido un gran coraje en pronunciar y proclamar que el Reino de Dios empieza por los excluidos. La opción preferencial por los pobres es innegociable, pero no porque sea fruto de una teología sino por una comprensión profunda del Evangelio y de cómo es Dios”.

“la Iglesia puede dialogar, puede dialogar con todos, debe dialogar con todos”. “Efectivamente Chile -como decía Jadue- no es un país fraterno. Pero no es lo mismo afirmar que no es posible cambiarlo. Porque lo vamos a cambiar juntos, contigo, nosotros, creyentes y no creyentes”.

“Estoy convencido que, así como la naturaleza se ama -Morán retoma el poema de Raúl Zurita El amor de Chile que había sido allí interpretado-, el hombre está hecho para el amor. Por lo tanto, el amor, el diálogo, la fraternidad… está inscrito en la naturaleza del hombre. Y cuando no vamos en esa dirección vamos contra la naturaleza del hombre”.

“Esta es la vocación fundamental del Movimiento de los Focolares aquí. Estamos celebrando 50 años de un programa de fraternidad, de un sueño que podemos vivir con todos aquellos que quieran vivir por esto mismo”.

“Chile no es un país fraterno, por todo lo que tú has dicho, pero tiene vocación a la fraternidad. Yo espero que alguien escriba un libro ‘Del Amor de Chile’, hablando de la gente de este país, de todas las ideologías, de todas las pieles. Porque para que haya diálogo tengo que sentir la carne del otro. No hay diálogo si no hay un encuentro personal, existencial. Esta tarde ha sido un pequeño pedacito de esto, estamos construyendo este poema nuevo, hecho no solo de naturaleza, sino de personas de carne y hueso”.

“El diálogo y tejer redes colaborativas pareciera ser el camino -expresaba luego Myriam, una empresaria que estaba entre el público-. Diálogo que implica escuchar profundamente al otro, haciendo mío su pensamiento. No queriendo imponer el mío, sino acogiendo el valor que el otro desea donarme. Quizás hagamos la experiencia de definir una nueva visión que integre lo mejor de ambas posiciones. Las redes nos ayudan a potenciar lo mejor que tiene cada uno y a darnos cuenta que juntos se pueden lograr grandes avances, insospechados individualmente.

“El conocer y queremos nos potencia y da nuevas luces y fuerzas para vivir y actuar por un Chile más fraterno. Está en nuestro ADN y debemos evidenciarlo juntos. Muchas asociaciones, agrupaciones, personas individualmente y colectivamente han dado y están dados grandes y pequeños pasos cada día, la presencia de Jesús Moran nos ha hecho evidenciar la gran contribución que puede dar el carisma de la unidad en los siguientes pasos y que generando redes colaborativas y potenciando el positivo nuestra sociedad civil puede hacer de nuestro Chile un país más fraterno.”

(Con la colaboración de Beatriz Isola y Pablo Herrera, Focolares Chile)