Trabajar por la unidad en las parroquias

 
Entre el 2 y el 4 de febrero, se reunieron en Córdoba (provenientes de Argentina, Uruguay y Paraguay) miembros y adherentes de los Focolares que desarrollan actividades en Parroquias.

Empieza febrero. Primer fin de semana. El Centro Mariápolis de Alta Gracia, en Córdoba, es un buen punto de encuentro. La convocatoria superó las expectativas iniciales: 148 personas de distintas latitudes de Argentina, Uruguay y Paraguay se congregaron para participar del encuentro del Movimiento Parroquial.

parroquias03En algunos se notaba que estaban comenzando sus vacaciones, mientras que en otros se mostraban restaurados en lo físico y en lo espiritual por esos días de descanso transcurridos en enero. A ellos se unieron también algunos sacerdotes y religiosos que habían tenido en los días previos su retiro anual.

Marcelo Arcos, sacerdote uruguayo, coordinador junto a Mónica Gangemi, de Quilmes, Argentina, del Movimiento Parroquial, dice: “Este encuentro nos ha sorprendido por sus características, por su diversidad y por el extraordinario don IMG-20180220-WA0070de la presencia de Jesús en medio nuestro que ha sido algo real, constante y luminoso. Más teniendo en cuenta que una gran parte era gente que nunca había participado en nada del MP y que contamos con un lindo grupo de gente joven”.

“Se trataba de profundizar y compartir experiencias sobre cómo el Carisma de la unidad está presente y es un aporte para las parroquias”, acota Mónica. “Los momentos de ‘ir en profundidad’ estuvieron dedicados a María que marcaron a cada uno de los participantes que volvieron a sus ámbitos parroquiales con el propósito de imitar a María en la vida cotidiana”

La comunión de testimonios se sucedieron en un clima de escucha atenta, como la de “Juntas en camino” un grupo de 8 mujeres de distintos movimientos con epicentro en la ‘Parroquia Sagrada Eucaristía’, en el barrio de Palermo de la IMG-20180130-WA0073ciudad de Buenos Aires que se dedican a acompañar a las mujeres en situación de prostitución. Venciendo prejuicios, preparándose convenientemente, extienden los límites de la parroquia hacia las periferias existenciales. Sin la pretensión de ‘rescatar’, sino siendo una presencia cercana y amorosa que sabe esperar y respetar los momentos de cada uno. O el testimonio de Luis, de 50 años dando su aporte, anclado en la Palabra de Vida, en la parroquia de una pequeña ciudad de la provincia de Santa Fe, en distintos ámbitos (catequesis, liturgia, ministro de la eucaristía, Cáritas). Como así también la parroquias02comunidad de Neuquén que, repartida en distintos sectores, brindó un gran apoyo a la Iglesia Diocesana en la organización del Congreso Nacional Misionero en noviembre pasado.

“Hermosos momentos de comunión donde se pudo sentir la unidad… Fue enriquecedor escuchar las experiencias de las diferentes comunidades”, dice María Laura de Berazategui (Buenos Aires). Mientras que Luis, de Chaco expresa: “Vine con un conflicto personal y con lo vivido creo que se me va a aliviar la carga”. También fue movilizador para quien participaba por primera vez, como Mariela, de San Lorenzo (Córdoba): “Me ayudo a confirmar que el Carisma de la unidad se puede vivir en toda realidad y que la única traba es la mía… Vivir este año en María. Gracias por el hermoso parroquias01encuentro, la contención y el servicio”. Los jóvenes, entre ellos Mirko, de Venado Tuerto (Santa Fe), que expresó su agradecimiento diciendo que se iba “fortalecido”. “Muy agradecida por toda la acogida -coincide Victoria, de Alto Paraná (Paraguay), me llevo una impresión muy grata de los momentos vividos en los que se ha destacado fuertemente la esencia de la espiritualidad, María sin duda esta presente en todo. Los temas sobre Ella me ha llevado a interiorizar más en profundidad lo que siento que me pide, llevar a Jesús a donde pueda, siempre siendo una pequeña María”.

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