En un marco de frondosa naturaleza y un clima aún veraniego, se desarrolló durante el pasado fin de semana de Semana Santa, en el Centro Mariápolis “Amore”, de Cunaco, Chile, la esperada Escuela de Familias, con una participación de aproximadamente 100 personas, pertenecientes a familias de Santiago, Viña del Mar, Concepción, Cunaco, también familias inmigrantes (mayoritariamente de Venezuela) y una familia de Mendoza, quienes aportaron con su mariana presencia y ayuda concreta.

El título de nuestra Escuela fue ‘En Familia de la Mano de María‘ y, sin duda, fue ella quien guió cada momento y habló directo al corazón de cada uno de los presentes, quienes acogieron cada palabra con profunda sencillez.

El Viernes Santo quisimos recorrer el camino de Cristo a la cruz junto a María Desolada, día que culminó con el Via Crucis, que, como ya es tradición, fue preparado y actuado por los jóvenes y niños presentes. El sábado nos detuvimos en cada Sí de María durante su propio camino, la Via Mariae, complementado con profundas experiencias de familias que han querido imitarla en su Sí. Y el domingo se coronó con María Madre y la invitación a acudir al llamado de la humanidad que tanto necesita de Dios y de su Madre, siendo así familias que generen y donen Jesús a través del amor concreto.

Los ecos reflejan la profundidad y alegría de lo vivido, compartimos algunas impresiones:

– Muchas gracias a todos, me encantó este fin de semana largo. Pascua significativa.

– (…) Nosotros estamos pasando por una situación un poco difícil en casa en lo económico; pero esto, gracias a la voluntad de Dios, no fue un impedimento para poder hacer la escuela. Ya el día miércoles por la noche habíamos decidido que no podíamos ir; pero ese mismo día, tarde en la noche, nos llaman para decirnos que había justo 3 puestos para nosotros. Sentíamos como familia que era Su voluntad. Ha sido un verdadero regalo todo lo vivido, en lo personal y como familiar. Fue lindo poder escuchar los temas de María, tan profundos, que también me ayudan a profundizar en Su amor y en el legado que Dios tiene sobre mí. Verdaderamente Jesús ha resucitado en mí, pero también en mi esposo. Llegamos a casa, muy cansados, pero con esta bella atención de amarnos y ayudarnos. En un momento mi esposo me dice que quería empezar rezar la “Coronilla de la Misericordia” y por primera vez después de 7 años de matrimonio, rezamos juntos. Tengo un gozo tan grande en mi corazón. Quisiera decirles que si no hubiésemos ido, no se hubiese dando el milagro, porque realmente las Escuelas de Familia tienen una gracia especial.

– ‘(…) gracias por todo lo que hacen para alentar la vida de matrimonio y de familia. Fue lindo constatar tantas familias jóvenes participando del retiro y especialmente, tantos niños. Ciertamente cada uno podrá reconocer qué etapa estará viviendo en el llamado a “Ser Maria”, no obstante, veíamos que todos habían convergido en una: el nacimiento de Jesús’.

– Una joven- hija de una familia presente- escribe: ‘Muy bueno, me encanta porque puedo interactuar con muchas personas, a quienes se les nota el cariño y las ganas de hacer que el lugar en el que vivimos sea mejor’.

– ‘(…) Conversando en un grupo de parejas y con mi marido, me hizo reflexionar sobre el Sí de María, el perdón y abrirme más al amor y menos a mi propio cansancio, por amor’.

– ‘Para mí fue una escuela renovadora, intensa, donde se dieron temas para reforzar y recomenzar con mi esposa (…)’.