El Instituto Univesitario Sophia y su sede en América Latina y Caribe

 
Avanza el proyecto de una sede del Instituto Universitario Sophia en América Latina y Caribe. Entrevistamos a Osvaldo Barreneche, coordinador del proyecto

El pasado 10 de mayo, cuando el papa Francisco visitaba la ciudadela de Loppiano, entre los numerosos aplausos, muchos recuerdan el que ha subrayado un punto particular de su discurso: “(…) la experiencia académica de frontera del Instituto Universitario Sophia, del que una sede local -me alegro vivamente- será pronto puesta e marcha en América Latina”. Palabras que llegaron hondamente no solo a los presentes, sino a todos los que seguían en directo la visita a través del streaming, y renovó el coraje de quienes están trabajando con la convicción de traducir un sueño en realidad.

El recorrido de Sophia tuvo inicio en los primeros años del dosmil, cuando Chiara Lubich, al proyectar con el primer grupo de profesores y expertos el perfil institucional del Instituto Universitario, hablaba de una universidad global con sedes locales y la invitava a multiplicarse en sedes especializadas en la investigación y la formación en distintos campos, en distintos contextos geográficos.

Para tener información sobre el rápido avance del proyecto América Latina, entrevistamos al Dr. Osvaldo Barreneche, argentino, historiador, docente de la Universidad de La Plata y actual coordinador de Sophia ALC (America Latina y Caribe). ¿De dónde partieron?

Dr. Osvaldo Barreneche

“Diré, ante todo, que el proyecto Sophia-ALC es fruto de un profundo diálogo entre el carisma de la unidad y los pueblos del continente latinoamericano, surgido a través de un tejido de relaciones construidas en los últimos cincuenta años. El impulso formativo del Movimiento de los Focolares ha sido fuente de numerosas iniciativas originales, algunas de las cuales se han convertido en instituciones educativas de diversos niveles, tales como las escuelas primarias y secundarias, y las cátedras universitarias.

Otro aspecto importante ha sido el vínculo que en estos últimos años se ha establecido entre los profesores “fundadores” del Instituto Universitario Sophia y muchos colegas y espacios académicos latinoamericanos. Esto ha abarcado numerosas disciplinas, desde las ciencias de la naturaleza o la política, hasta el arte y la teología. Algunas iniciativas relevantes son, por ejemplo, la RUEF, Red Universitaria para el Estudio de la Fraternidad, y el Grupo de Investigación sobre Antropología Trinitaria.

Un tercer elemento mas reciente resulta ser la “decisión institucional” de experimentar, por decir de algún modo, el “método” de estudio de Sophia en tierras latinoamericanas, a través de la realización de diversas Escuelas de Verano, con la participación de investigadores, docentes universitarios y estudiantes avanzados de todos los países de la región. Las mismas, realizadas hasta ahora en Argentina, Brasil y México, han dado un fruto estupendo.”

¿Cuál es la idea base sobre la que se asienta esta propuesta? ¿Cómo se puede describir la institución que está naciendo?

“El punto central, para nosotros, es una nueva idea de colegialidad. Esta idea está muy difundida en los ámbitos académicos, pero el proyecto Sophia-ALC quiere llevarla a un nivel de verdadera dinámica del “pensar juntos”. Actualmente contamos con un trabajo de un grupo de alrededor de 50 profesores e investigadores, con los que se ha pautado la necesidad de localizar estos espacios de formación en las ciudadelas del Movimiento, las Mariapolis, como forma de garantizar el ambiente necesario para dicho “pensar juntos”. Allí ya existe un humus cultural específico por el que la experiencia descrita, en parte, resulta ya un hecho.

Dicho esto, y dado que la idea de esta nueva universidad debe encarnarse y vivir inmersa en la realidad social, económica y política del continente, otra característica del proyecto es su “itinerancia”, para que la comunidad educativa que ha de formarse pueda tener la inmersión en las diversas regiones de esta parte del mundo, como la zona Andina, Mesoamérica, el Cono Sur, Brasil, el Caribe, etc. Todo esto se piensa no solo desde una experiencia presencial sino también potenciada por el uso de los medios tecnológicos que permitan espacios virtuales de comunión y estudio.

En síntesis, puedo decir que nuestro trabajo lo podemos describir con una idea expresada por el mismo papa Francisco: ‘fidelidad creativa’. La sede de Sophia en América Latina forma parte de Sophia, es Sophia, pero al mismo tiempo la imaginamos con características propias, ¡no se trata de copiar! Este es el mayor desafío: se trata de un proyecto ‘en diálogo’, que nace en profunda unidad con la sede nacida en Loppiano, pero que tiene características de América Latina, para contribuir a la transformación social y cultural de nuestro continente en su variedad y multiplicidad.”

¿Cuáles son las perspectivas a breve y mediano plazo?

“Se está avanzando rápidamente. En estos meses estamos estudiando los marcos normativos de los diversos países latinoamericanos para procurar la inserción legal del proyecto en ciertos sitios. Una propuesta preliminar apunta a localizar la futura oferta de grado en el Brasil, mientras que la de especialización y posgrado comenzaría en los países latinoamericanos de lengua española. Mientras tanto, se trabaja también en la futura oferta académica, basada en dos ejes principales: la perspectiva de la fraternidad universal, que nos interroga sobre nuestra relación con lo absoluto, con las mujeres y los hombres, y con la naturaleza, según el concepto de ‘Ecología Integral’ surgido de la encíclica Laudato Si; y la mirada sobre nuestras ciudades de hoy y del futuro, para poder buscar dar respuestas al gran problema de la desigualdad, propio de nuestro espacio latinoamericano. Nuestro sueño es poder ofrecer una contribución genuina desde América Latina a estos temas, como un don para toda la familia humana.”

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