“El encuentro con Jesús ha cambiado nuestra vida”. “Un encuentro con Dios. Nunca había hecho una experiencia así”. “Quiero vivir con ustedes el arte de amar…”. Son algunas impresiones flash recogidas entre los jóvenes y familias, antes de regresar, después de 10 días intensos en Amazonia. En las situaciones locales de sufrimiento, entre los indígenas esparcidos en la inmensa selva, tantos han encontrado la esperanza en el futuro. Son algunos de los frutos de una especial experiencia de evangelización que se repite desde hace 6 años.
Proyecto Amazonia es el nombre de esta experiencia vivida en una región que recubre más del 50% del territorio brasileño y comprende nada menos que nueve Estados: Acre, Amapá, Amazonas, Maranhão, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins. En el 2011 alcanzó su sexta edición.
¿Cómo nace?La progresiva disminución de los fieles, la creciente adhesión a las sectas. Un fenómeno debido también a la escases de sacerdotes y a las dificultades para alcanzar los distintos centros de esta gran región. El proyecto Amazonia es la respuesta a un llamado que los obispos de Brasil hicieron a las distintas expresiones de la Iglesia Católica: que cada uno contribuya según su propio carisma a una vasta y permanente acción evangelizadora.
Cada año diez días de las vacaciones se dedican a esta iniciativa. Desde el 2005 participan alrededor de 150 personas de varios sectores del Movimiento de los Focolares (focolarinos/as, familias, jóvenes) provenientes de diversas regiones de Brasil, afrontando viajes de hasta sesenta horas de autobús o cinco horas de avión, más veinticuatro en lancha, todo pagado por su cuenta. Activa y cada vez mayor la participación de los jóvenes.
“Vinimos para dar, pero es todavía más lo que hemos recibido”. Es la experiencia común. Las personas a las que se ha llegado en estos años, mediante un contacto personal, son alrededor de 26.000. Este año fueron más de 4.700, la mitad jóvenes, en tres ciudades: Abaetetuba y Bragança (Estado Pará) y Barreirinha (Estado Amazonas).
Uno de los instrumentos más eficaces es el “dado del amor”: un juego que Chiara Lubich ideó para ayudar a los niños y jovencitos a vivir el arte de amar, corazón del Evangelio. Le regalaron el dado a más o menos 1500 niños. 54 maestras y directores de cinco escuelas de Barreirinha participaron en un curso de formación sobre este instrumento pedagógico. Visitaron a 150 familias de dos barrios pobres y sesenta parejas participaron en un curso de formación. Impresionante la visita a la cárcel, dónde –en diálogo con los detenidos- se presentó el arte de amar. La prioridad son las relaciones personales que producen elecciones de conversión al Evangelio. La cita para el 2012 es del 14 al 22 de julio.
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