«We the people of the world…»

«Nosotros, pueblos del mundo, declaramos nuestra interdependencia como individuos y miembros de comunidades y naciones distintas. Nos comprometemos a ser ciudadanos de una única ciudad-mundo…”

En Filadelfia, los padres fundadores de los Estados Unidos, firmaron, en 1776, la declaración de independencia. Separándose y distinguiéndose del Viejo Mundo. Los Estados Unidos encontraban así su libertad y autonomía.

Más de dos siglos después, el día después del 11 de septiembre del 2001, los estadounidenses descubrieron su fragilidad. Al terror, sea en Afganistán como en Irak, se respondió con la fuerza de las armas, sembrando otro terror.

A dos años de distancia y después de dos guerras declaradas en nombre de la lucha contra el terrorismo los Estados Unidos y el mundo de hoy se sienten todavía más inseguros.

En este contexto asume un significado altamente simbólico el acontecimiento que tuvo lugar en Filadelfia el 12 de septiembre de 2003: ante el palacio donde fue firmada la Declaración de Independencia, a 227 años de distancia, se quiso firmar la Declaración de Interdependencia. Una iniciativa compartida por muchos que en los Estados Unidos profesan su credo en el multilateralismo, en el diálogo entre las culturas, en la necesidad de una ciudadanía global.

Por iniciativa del Profesor Benjamín Barber, politólogo y docente de la Universidad de Maryland, ex consejero del Presidente Clinton, políticos, académicos, artistas, simples ciudadanos, han querido declarar que son “ciudadanos del mundo”, que sienten en su carne la responsabilidad de construir un futuro sostenible para la familia humana.

Ante la interdependencia negativa experimentada con el terrorismo internacional y las epidemias como la SARS y el SIDA, ha de ser promovida una interdependencia positiva de ciudadanos globales que se conviertan en promotores del bien común. “A la guerra preventiva – explica Barber- debemos oponer una democracia preventiva”.

Hace más de doscientos años, los Estados Unidos encontraron su libertad separándose del Viejo Mundo: “Hoy en cambio la libertad la podemos encontrar sólo trabajando por la libertad de todos”.

En síntesis, la exigencia está en pasar de la independencia a la interdependencia, promoviendo un movimiento desde la base que trasforme a los individuos en ciudadanos de un mundo en relación.

El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, el ex Presidente de la Rebública Checa, Vaclav Havel, la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, el alcalde de Roma, Walter Veltroni, han enviado mensajes de adhesión.

“Debemos ponernos –subrayó la fundadora de los Focolares en un mensaje leído en Filadelfia durante la ceremonia- como horizonte de la interdependencia la fraternidad: es la fraternidad la que puede dar hoy en día contenidos nuevos a la realidad de la interdependencia…”

De este modo se vivió en Filadelfia una jornada altamente simbólica que mostró la voluntad y el compromiso de tantos en favor del bien común y de la fraternidad de la familia humana.

Contemporáneamente fue celebrado el Día de la Interdependencia en otras varias localidades de los Estados Unidos, como la Universidad de Maryland, el College Park, la Roosevelt University di Chicago y el Suny – Stonybrook en Nueva York, además de Budapest, donde Ivan Vitanyi, miembro del Parlamento, acompañado por Arpad Goencz, primer presidente de Hungría después del régimen socialista, organizó una mesa redonda dedicada a la interdependencia.

Para el 2004 está previsto el Día de la Interdependencia en Roma, Calcuta, Johannesburg, Pequín y muchas otras metrópolis.

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