India, subcontinente con más de un billón y 170 millones de habitantes, que pronto podría superar a China en cuanto a población. Un país en rápido crecimiento, entre las mayores economías mundiales, y al mismo tiempo con una alta tasa de analfabetismo, pobreza, desnutrición. Es grande la variedad religiosa, con el 80% de mayoría hindú y un 2,3% de minoría cristiana. Se entiende por qué los Focolares han desarrollado tanto el diálogo interreligioso, en especial con el mundo hindú.

El Movimiento de los Focolares está presente en India desde 1980. Hoy hay centros de los Focolares en Mumbai, Bangalore, Goa y New Delhi que promueven varias actividades: Mariápolis, encuentros mensuales para adultos, familias y jóvenes. En distintas ciudades – Vasai, Pune, Panjim, Margao, Vasco, Trichy – hay grupos activos de personas que adhieren al espíritu de los Focolares.

Distintos micro-proyectos sociales florecen alrededor de la comunidades del Focolar para la educación de los niños, la promoción humana de las mujeres y como apoyo a familias en dificultad también con aportes a distancia: los más conocidos son “Ilanthalir” (que en idioma Tamil significa tiernos retoñitos) en el Sur de India, y en Mumbai “Udisha”-“El rayo de sol que anuncia una nueva alba”. Nacidos para ‘mostrar una respuesta concreta ante la pobreza que nos rodea’, hoy en día involucra a una totalidad de alrededor de 2400 niños y sus familias. Están comprometidos especialmente en difundir los valores de la fraternidad universal en el mundo de los adolescentes involucrando a muchachos de todas les religiones en distintas manifestaciones también a nivel internacional.

En el 2009 el Supercongreso –cita típica de los Muchachos por la Unidad- tuvo lugar precisamente en Coimbatore, y llevó a India a adolecentes de todo el planeta. También fueron muchas las micro-realizaciones referidas en el reciente encuentro de Humanidad Nueva (Mumbai, septiembre  2011). Entre los participantes estaba, un médico de Goa, quien dio vida a una clínica móvil, la Prabhu Prasad Clinic, reuniendo los servicios de distintos médicos, con un radio de acción y de atención que va desde los ancianos a los niños.

Chiara Lubich visitó varias veces India, siguiendo la línea del diálogo con los hermanos hindúes, después de haber conocido, mediante la Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz, al Dr. Aram, fundador del Shanti Ashram. En el 2001 en Coimbatore (Tamil Nadu) recibió el Premio ‘Defensor de la Paz’ por parte del Shanti Ashram y del Movimiento Sarvodaya. Regresó después en el 2003 donde, comunicó por solicitud del Centro de cultura hindú Bharatiya Vidya Bhavan, su vocación específica a la unidad y a la fraternidad universal. Siguieron y continúan mesas redondas, conferencias, intercambios de visitas y numerosos simposios – el último de los cuales tuvo lugar en diciembre de 2011-: son ocasiones de diálogo, pasos en la construcción de relaciones de auténtica fraternidad con el mundo hindú, como testimonia, por ejemplo, la Dra. Vijaya Bhatia, profesora de Yoga, quien intervino en el 4° simposio hindú-cristiano Leer, interpretar y vivir las Escrituras para realizar la paz y la fraternidad universal”.

Un ideal de vida que se concreta en la vida cotidiana, como fue para una joven de Mumbai que prefirió darle a una persona que tenía más necesidad el  dinero que había recogido con esfuerzo para pagar una deuda médica muy grande que tenía. Su gran sorpresa fue cuando esa misma noche recibió una llamada telefónica: ¡era de la administración del hospital que, por un error de cálculo le devolvía a ella 300 rupias!

Es la experiencia de vivir el Evangelio que se refleja no sólo en la esfera personal y privada, sino también en lo social. El estadísticas pueden asustar, pero tratando de ser “el cambio que quisieras ver en el mundo”, como enseñaba Ganhi, las semillas de fraternidad siguen creciendo.

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