“Para mí pintar es ir al encuentro del misterio”, afirma María Cristina Críscola en una reciente entrevista. Y sigue: “Nunca me planteé una imagen personal como estilo. Trato de ser muy rigurosa con las técnicas y, al mismo tiempo, ahondar en el despojamiento para llegar a lo más profundo de uno”. Palabras que expresan la búsqueda de la artista argentina, que non es sólo humano-artística, sino espiritual. Y sus obras acompañan este proceso en la búsqueda de la luz.
Lo afirma también el Lic. Claudio Villareal, curador de una muestra que reune las obras de Criscola desde el 1978 al 2012, con el título “Encontrar lo eterno en el aluvión de lo insignificante”: “Es, a la vez, presencia y despojo. Es el espíritu de la materia.
Ante sus obras, ‘callar es bastante acertado’, como decía Rothko. Las grandes dimensiones de sus telas permiten el contacto con este TODO que todo lo habita. Con este espíritu que prevalece, que es el contenido de la materia a la cual le da forma, liberándola en la luz. Los colores son más que medios y más que símbolos. El blanco, el negro, el rojo…”.
Algunas líneas biográficas: María Cristina Críscola nació en 1943 en Buenos Aires. En la década del ’70 egresa de las Escuelas de Bellas Artes “Manuel Belgrano”, “Prilidiano Pueyrredón” y “Ernesto de la Cárcova” como Profesora Nacional Superior de Pintura, Especialidad Pintura Mural. Fue docente hasta el 2007 (y en los últimos 10 años directora) en la Escuela de Bellas Artes “Manuel Belgrano”. En 1989, en la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Bellas Artes, asiste al curso de Doctorado “Color, Forma y Contenido”.
Se suceden luego infinidad de exposiciones y muestras en Argentina y otros países. Momentos importantes para Críscola son los prolongados períodos que pasa en el Centro Ave Arte, en Loppiano, Italia, con distintos proyectos de vitrales y puertas para templos. Corona esta experiencia en el 2004 el boceto y la realización de la puerta principal de la Basílica María Théotokos de la Ciudadela de Loppiano (Florencia, Italia).
Tiene también su casa taller “Il Bello” en la Mariápolis Lía (O’Higgins, Buenos Aires), un lugar donde experimentar que se crea, como afirma la artista “desde un punto de quietud, desde un lugar absoluto donde todo habita”. El arte como forma de conocimiento y comunicación, o mejor, de comunión.
La muestra que recorre toda su producción artística permanecerá abierta hasta el 7 de octubre en Berazategui (Buenos Aires)
Estupenda muestra….
Hola Cristina, como estas tuvimos el placer de compartir con vos la muestra en Berazategui.
Te felicito por esta nota.
Te mandamos un beso grande.
Ariadna, Jazmín y Martin.