El 19 de octubre, después de un atentado en Beirut, murió el jefe de la policía libanesa y quedaron destruidas 40 casas del barrio de Achrafieh. Por lo tanto muchas personas quedaron sin casa y se necesita mucha ayuda. Jacques, un Joven por un Mundo Unido (JMU) que estuvo en el Genfest de Budapest –una manifestación que reunió en la capital húngara a más de 12.000 jóvenes con el título “Let’s bridge” – tuvo la idea de realizar un concierto para recoger fondos, precisamente para quien perdió la casa y para dar un mensaje de paz.

Todo empezó a partir de una conversación por WhatsApp … Jacques es el presidente del Music Club de su universidad. Después de chatear con algunos Jóvenes por un Mundo Unido y otros amigos del Music Club decidieron hacer el concierto. En el arco de poco tiempo más de 2500 jóvenes confirmaron por Facebook su presencia. Un tam tam que se repitió por televisión donde se fue para hablar sobre el concierto, en interminables entrevistas por radio, artículos en los periódicos.

Los JMU de Libano escriben la vigilia del concierto, organizado junto a otras ONG libanesas: “Está sucediendo algo mucho más grande de nosotros, pero contamos con la ayuda de Dios. Sentimos que Él está haciendo milagros, porque en este momento hay demasiadas divisiones políticas en Líbano, que se han vuelto más fuertes después de la explosión. Muchos jóvenes están molestos por las declaraciones de los políticos. Este concierto es como una luz en medio de esta gran oscuridad; un mensaje de esperanza, de paz, de unidad entre los libaneses. Con este concierto queremos dar testimonio de nuestro ideal, y de que los jóvenes libaneses están unidos”.

El emblema distintivo del concierto era el blanco, como signo de paz. En la entrada se distribuyeron cintas blancas, precisamente como las que se usaron en el Genfest, como símbolo del compromiso de construir la paz. “El concierto dejó una estela de entusiasmo, sentimos que el Genfest continua”, escriben.

Ha sido por lo tanto un evento importante, en línea con el United Word Project lanzado en Budapest, y que toma forma mediante estos pequeños o grandes fragmentos de fraternidad como este de Líbano, que hacen que sea viva la construcción de un mundo más fraterno también en los lugares más delicados o en riesgo.

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