“Nos casamos por amor y nuestra vida conyugal tuvo un transcurso normal entre altos y bajos. Con el conocimiento de la espiritualidad de la unidad, parecía que nuestra relación hubiese llegado a la perfección del entendimiento. Sin embargo, hace cuatro años llegó una crisis que nunca hubiéramos imaginado”, cuenta Silvia, casada hace treinta años con Stefano. Silvia es profesora de escuela primaria, Stefano es empresario. Tienen dos hijos.

“Pensábamos que habíamos construido una relación sólida, no obstante poco a poco llegamos a un momento en que no nos comprendíamos –explica-. Entre nosotros no existía más el diálogo, las jornadas transcurrían en la melancolía total entre el trabajo y los diversos compromisos, aplastados por los muchos problemas de familia. Nos sentíamos indiferentes uno hacia el otro, tal vez porque habíamos dado por descontado nuestro amor”.

“Yo –interviene Stefano-, me había dejado tomar por las muchas preocupaciones del trabajo, a las que me dedicaba demasiado. Silvia trataba de hacerme entender sus dificultades, pero yo me sentía atosigado por el remolino del trabajo y razonaba todo superficialmente. Entre ella y yo se había levantado una muralla tan alta que lo notaron también nuestros hijos. Fue en este momento que me percaté del daño que nos estábamos provocando y también a las personas cercanas. Durante un encuentro de Familias Nuevas, quisimos comunicar nuestro problema. Nos acogieron en forma extraordinaria, valoraron nuestra sinceridad”.

“Luego nos enteramos del ‘Curso para fortalecer la unidad de la pareja’, en Loppiano –la ciudadela internacional de los Focolares, en Italia -, dirigido a los que viven un período de crisis. Fuimos con el deseo de recomenzar.

Compartir junto con otras parejas que tenían nuestros mismos problemas y nos ayudó mucho; no éramos los únicos que teníamos que enfrentar esta situación que al principio nos avergonzaba descubrir.

Esa semana fue para nosotros como una luz que se encendía. Nos dimos cuenta de que debíamos darnos espacio el uno al otro y encontramos la armonía entre nosotros. Nuestros hijos fueron los primeros en beneficiarse de la serenidad reconquistada”

En el ‘Curso para fortalecer la unidad de la pareja’, se afrontan temas sobre el conocimiento de sí mismo, sobre la diversidad, el conflicto, la acogida, con momentos de confrontación, otros momentos de diálogo, ejercicios prácticos, alternando con momentos de descanso vividos juntos y excursiones por el lugar. La concordia entre las personas que participan ayuda a proseguir el camino de acercamiento en la pareja.

A menudo los dos se recuperan y van adelante por sí mismos, otras veces se localiza exactamente la herida particular que necesita ser tratada, también con una eventual y adecuada ayuda psicológica.

Si el itinerario es muy arduo debido dificultades, se le da la posibilidad a las parejas de volver a un segundo curso en invierno y otro en primavera. En estos fines de semana, a menudo las familias que ya hicieron el curso quieren volver para colaborar porque desean aportar el beneficio que recibieron, a nuevas parejas.

El próximo curso está previsto del 22 al 29 de junio, en Loppiano, Italia.

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