I Los Jóvenes por un mundo unido nos cuentan algunos de los numerosos “fragmentos de fraternidad” que están en curso en muchas partes del mundo donde ellos están presentes. He aquí, algunos, como muestra:

Nueva Zelandia. “Cada mes desarrollamos una actividad social distinta. En nuestro país hay muchas lindas playas, accesibles a todos: familias, jóvenes, deportistas, niños. Generalmente se considera y se respeta  la naturaleza, aunque a veces las playas no están muy limpias. Nos vinculamos con el Consejo de la ciudad de Wellington que escuchó nuestra iniciativa proporcionándonos todas las herramientas necesarias para la limpieza. Una tarde nos encontramos con un grupo de jóvenes por un mundo unido, con guantes y bolsas para la basura, para limpiar una de las playas más concurridas. Además de desarrollar un servicio a la ciudad, construimos relaciones de amistad con muchos jóvenes que se involucraron con nosotros en la misma tarea”

En  París.“Enseguida del Tsunami y del desastre nuclear de Fukushima del año pasado,  organizamos una velada de solidaridad. En el transcurso de la noche se presentó el UWP (United World Project) y hubo una conexión por Internet con un grupo de jóvenes por un mundo unido de Japón. Ellos nos contaron como vivieron este desastre, tratando de ayudar a las personas a su alrededor. Pudimos conocer más la comunidad del Movimiento de Japón y su vida cotidiana.   Algunos amigos nuestros presentes en la noche descubrieron la importancia de la solidaridad y la alegría de trabajar en un proyecto de fraternidad. El dinero recolectado se envió a Japón para ayudar a la comunidad local”.

Siena (Italia). “Mi madre (94 años) fue llevada de urgencia a la emergencia del hospital a las 11 de la noche. Con mi hermana estábamos preocupadas y también disgustadas porque en el hospital nos dijeron que nos fuéramos y  mamá se quedó sola. Al lado nuestro estaba sentado un joven que parecía ansioso por hablar. Le preguntamos por qué razón estaba allí. Nos respondió que su  madre había tenido una  crisis cardíaca repentina. Cuando nos dejaron ver a nuestra madre, descubrimos que estaba en la misma pieza que la mamá de ese joven. Así pudimos llevarle noticias a él y al marido de la señora que estaba sentado delante de nosotros. Luego el muchacho entró a la pieza y él también nos dio noticias de nuestra madre. El padre – que al principio estaba silencioso- comenzó a hablar con nosotros de su trabajo y de los problemas que tenía. Después de dos horas y media ambas madres fueron dadas de alta. Cuando nos saludamos el joven nos dijo: ‘¡Fue un placer hablar con ustedes! ¡Espero que nos volvamos a ver!’ Se nos fue la angustia de haber estado en la emergencia del hospital. Nos dimos cuenta que el dolor personal, la preocupación y también la angustia desaparecen cuando amamos a quien está cerca nuestro”.

Glolé (Costa de Marfil). Las madres que tienen hijos pequeños no logran concentrarse en el trabajo del campo. Para ayudarse tuvieron la idea de hacer turnos para poder cuidar a los niños. Antes de ir al trabajo dejan a los pequeños a dos de ellas, que ese día se quedan en casa: preparan la comida y están con ellos todo el tiempo necesario. Al final del trabajo, cada mamá viene a buscar a su hijo. Entre este grupo de madres nació una gran confianza recíproca”

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  • Frammenti di fraternità vissuti da donne, uomini, adulti bambini, giovani o anziani, ecco un popolo in divenire che piano piano arriva ad essere mondo fraterno.

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