“Concluimos el ‘Taller gens’ –que se realizó desde el 13 al 16 de agosto- en la iglesia parroquial de Sassello, celebrando con una alegre fiesta internacional. Éramos 20 gens, 15 sacerdotes y 20 jóvenes, más algunos seminaristas y otros ‘en búsqueda’ que proveníamos de 13 países (había un representante de las Islas Marianne, Oceanía). Todos estábamos reunidos para participar durante la semana del Taller “Sobre los pasos de Chiara Luce”. Para  algunos, éste era  su primer contacto con el Movimiento de los Focolares.

“Queridísimos gens, no terminaríamos nunca de contarles lo que hicieron o están haciendo nuestros jóvenes dispersos en todas las latitudes y en todos los ámbitos del mundo. Todos juntos nos hemos comprometido a tratar de ser Evangelios vivos y a testimoniar con nuestro amor recíproco que Dios es el ideal más lindo, satisfactorio y liberador, que un joven pueda encontrar cualquiera sea su vocación”. Esto decían en su mensaje de inauguración del taller,  María Voce y Giancarlo Faletti, respectivamente presidente y copresidente de los Focolares.

Vivimos diez días en Sassello como si fuese una “Mariápolis”. Con nosotros estaban familias con sus niños, abuelos, también algunas religiosas. Celebrábamos la Misa juntos, las oraciones, el Rosario recitado en los distintos idiomas después de la cena. A veces hacíamos la Meditación juntos. Muy estrecha la relación con la comunidad parroquial de Sassello: la Misa era un gozo. El Taller se cerró con una fiesta en la cual, el  intercambio de dones  nos dio alegría a todos.

El regalo más lindo: las horas transcurridas en “intimidad” con los padres de Chiara Luce Badano. Con el corazón abierto, nos recibieron en la propia casa y nos contaron sobre la vida de Chiaretta hasta los 9 años. Luego vinieron a visitarnos y nos hablaron de la vida de Chiara Luce en relación con el Movimiento de los Focolares. Estaban con ellos Chicca y Franz Coriasco, amigos de la joven beata, que nos contaron de su vida como gen. Comprendíamos que no podíamos conocerla hasta el fondo si no íbamos a la fuente de su santidad: el carisma de Chiara Lubich.

Fueron impactantes los testimonios de las personas que vivieron junto con Chiara Luce. Una de ellas, Giuliano, el dueño del bar, resaltó su normalidad; Aldina, nos hizo conocer el secreto con el que Chiara Luce había llegado a vivir aquellos “25 minutos”, o sea el poder decir su sí para siempre a Jesús abandonado cuando supo que su enfermedad era grave e irreversible. De hecho, cuando ella, siendo  gen 3, escuchó hablar de El, trataba de vivir cada momento de la vida con un “por Ti”, o “si lo quieres tú, Jesús, lo quiero también yo”.

Algunas impresiones: “Viví una experiencia maravillosa, a partir de la cual no sólo profundicé el conocimiento de un ser extraordinario como Chiara Luce, sino que percibí la dimensión universal de la iglesia que se mantiene unida por el amor personal de Jesús hacia cada uno de nosotros Quiero profundizar más la espiritualidad del movimiento, pero también quiero transmitir en lo cotidiano,  lo que interioricé en estos días” (Un seminarista)“Crecí en la fe y aquí aprendí que es importante recomenzar” (Uno de los jóvenes ‘en búsqueda’)Otras: “Fue una experiencia enriquecedora”,  “un trampolín de lanzamiento para recomenzar”, “la normalidad es el camino para ser santos”

De: Alexander Duno

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