¿Hasta dónde llegan los círculos de una piedrita lanzada a un lago? Presentamos algunos testimonios que  evidencian cómo el amor vivido lleva a un cambio radical en la vida de los pequeños y cómo el compromiso de amar a todos los sostiene en su crecimiento permaneciendo después como un sello característico.

“Me llamo Karam y tengo 12 años. Cuando conocí el Focolar tenía 5 años y fui un gen 4. Entre las cosas más lindas que aprendí recuerdo el “dado del amor”. Todos los días jugaba con el dado y trataba de vivir lo que decía la cara que salía. Entre mis primeras experiencias, recuerdo que un día en la escuela, había un niño a quien nadie quería; había tres niños que le tomaban el pelo, y yo era uno de esos tres. Un día tiré el dado y salió la frase: “amar al enemigo”.  Entonces fui a la escuela y me reconcilié con ese niño. Los otros dos que le tomaban el pelo se sorprendieron por lo que hice. Les hablé del dado del amor y de cómo muchas cosas habían cambiado en mi vida después de que había empezado a vivir el Evangelio a través de este instrumento. Ahora, todos los días lanzamos el dado juntos y tratamos de vivir la frase que sale. Y junto a nosotros está también el niño al que le tomábamos el pelo. Ahora soy un gen 3 y todavía hoy todos los días juego con el dado del amor y esto me ayuda mucho a vivir el Evangelio concretamente en los ambientes donde me encuentro.”

Después de una serie de testimonios de los jovencitos, también los niños, (los gen 4), ofrecieron su aporte. Todos ellos habían venido con sus familias para los distintos encuentros con la presidente y el co-presidente de los Focolares.

“Me llamo Marian y junto con mi hermano Fadi hicimos una pequeña experiencia. Me gusta mucho ver en la TV las caricaturas de “Barni”. Un día, mientras veía el programa me enteré de que “Barni” iba a venir a Ammán para hacer una noche de fiesta con los niños y estábamos entusiasmados con la idea de participar en la fiesta. Pero el boleto de la entrada era un poco costoso. Entonces junto con mi mamá y mis otras dos hermanitas, nos pusimos de acuerdo de no ir a la fiesta a ver a “Barni”, y darle el dinero que habríamos gastado en los boletos a los pobres”.

Uno de los niños le preguntó a María Voce: “¿Qué podemos hacer nosotros gen 4 de Jordania para detener los problemas políticos del mundo y dejarlo así más limpio y más bello?”. María Voce respondió: «Pueden hacer muchísimo, porque el mundo no es sólo el que está lejos; el mundo es también el que está en nuestra casa, en nuestra escuela, en los lugares donde vamos a jugar, en las plazas… Entonces si nosotros cuidamos estos lugares, cuidamos el mundo. Y si alguien viene a ver donde jugamos y encuentra un lugar bello y armonioso, pensará: “Se ve que las personas que juegan aquí se quieren, mira qué bello, todo ordenado ¿por qué no hacemos también nosotros así?” y entonces ellos harán así, y después otros y otros… Ustedes son como esas personas que lanzan una piedrita al lago. Nos podemos preguntar: “¿Qué es una piedrita? ¿Es nada?”. Pero donde cae la piedrita se forma un círculo, después alrededor de ese círculo otro más grande, después otro más grande, hasta llegar a todo el mundo. Por eso esto es importantísimo. Si ustedes no empiezan, los otros no van a empezar”.

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