“Esta mañana rezamos el Padrenuestro por la paz en Venezuela  y en el mundo –escribe C., maestra de preescolar- Cuando terminamos, una niña se me acercó y me contó: ‘Maestra estaba en mi casa con mi mamá, ella estaba en el jardín dándole a una olla (el famoso cacerolazo que se usa como medio de protesta), cuando llegaron unas personas motorizadas, salimos corriendo porque nos dispararon’. Se me aguaron los ojos. ¡Este no es el país en el que yo nací, crecí y me formé!”.

¡Venezuela, de hecho, es un pueblo de hermanos!, en estas tierras sudamericanas han encontrado su hogar emigrantes de muchas latitudes, conformando un pueblo multiétnico, abierto, cálido y fraterno.  “Más allá de todo – explica C. a sus alumnos- Venezuela es hermosa, es una casa gigante donde todos somos hermanos”.De ahí que resulte “antinatural” el escenario de polarización y violencia, que en los últimos años se ha verificado en Venezuela. Las señales de disconformidad popular han ido en aumento, de la mano con el creciente deterioro socio-económico del país, que en los últimos meses ha llegado a niveles nunca vistos.

Escriben desde Caracas: “El 12 de febrero, con ocasión del día nacional de la juventud, en todo el país tuvo lugar una manifestación estudiantil en protesta por los fuertes problemas sociales y económicos: inseguridad, escasez de alimentos y medicinas, represión. Lamentablemente no ha habido voluntad de escucha y todo degeneró en violencia, con algunos muertos, numerosos heridos, incluso graves por los golpes recibidos”.

En medio  de esta realidad la comunidad de los Focolares sabe que puede ser un signo de esperanza y de paz.  Escriben: “…Nuestra mirada va a los ‘primeros tiempos’ del Movimiento,  a Chiara Lubich y el primer grupo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando todo se derrumbaba  y quedaba solo Dios.  (…) Esta situación no puede ser un freno para el Ideal, tenemos un corazón que todavía puede amar, perdonar, recomenzar”.  Es con esta certeza que conmemoramos, con una carrera – caminata y otras actividades deportivas, los 10 años de “La Asociación La Perla”, una iniciativa de desarrollo humano que utiliza las herramientas que ofrece la Cultura de la Fraternidad. Nos preguntamos: ¿Será justo celebrar en estos momentos duros  en que vivimos?, la comunidad dio respuesta  positiva. Realizamos actividades deportivas y recreativas en las calles, con las familias, en un clima de alegría y esperanza. ”Ha sido un rayo de luz en medio de esta tormenta”, dijo uno de los participantes.

N.,  quien desde hace años está muy limitada físicamente por una grave enfermedad, cuenta cómo vive estos momentos: “Rezo por todos los manifestantes, sean del bando que sea, en especial  por los que mueren. Le dije a Jesús:  ‘No  tengo fuerzas físicas, ni armamento pero tengo   la oración y ofrezco mi vida para que puedan encontrarte antes de morir”.  Hace dos noches que cerca de mi casa hubo una  gran manifestación, con cacerolazos, gritos de consignas; hicieron una gran fogata y el humo se metía.  Entonces  mi  hermana llevó a mi  cuarto a mi sobrino, que también está enfermo.  Empecé a inventar cosas para que se riera y pudiera relajarse un poco”.

Vivimos momentos muy delicados. El Papa Francisco invitó a todos los fieles a que «oren y trabajen en favor de la reconciliación y la paz».

2 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *