Lidia y Loris tienen tres hijos de 11, 9 y 6 años. Los hijos nacieron en ciudades distintas porque después del casamiento se trasladaron primero a Veneto, luego a Alto Adige y posteriormente  al Trentino. Cuando Loris propuso volver a la ciudad de origen, Crotone, en Calabria; Lidia reaccionó de esta forma: «Primero pensé en mis hijos y que habrían tenido mejores oportunidades si nos quedábamos en el norte, pero al final me convencí, nuestra ciudad está sobre el mar y es hermosa, conocemos personas de mentalidad brillante y nuestros hijos cuando sean adultos elegirán ellos mismos donde vivir»

«Justamente porque amamos nuestra tierra, ¡deseábamos mejorarla!– cuentan-. Nos dimos cuenta también que no era posible realizar una revolución sino que había que comenzar por pequeñas cosas. Es así que comenzamos por el mundo de la escuela. Yo empecé con los compañeros de clase de nuestros hijos, y Loris con sus alumnos. Él es profesor de alemán, pero su primer trabajo en Crotone fue como tutor. Para comenzar se comunicó con el profesor de la escuela primaria del muchacho que se le había confiado para comprender mejor su problemática. Construyó con él una relación de confianza y posteriormente  también de amistad. Muchas veces gracias a su mediación se resolvieron serios problemas de comunicación entre la escuela y los padres.

IAdemás, desde hace casi tres años dirigimos un centro de inclusión juvenil de nuestra ciudad. Cuando nos mudamos, Loris comenzó la “Asociación de Amigos del alemán” que ganó un premio de la “Fundación con el sur”. Nos ocupamos de muchachos que tienen entre 11 y 16 años, a los que les proponemos actividades lúdico-recreativas, pero también de recuperación de materias literarias, matemática, inglés e italiano para los estudiantes extranjeros»

Recientemente la Asociación ganó otro concurso que se refiere a la restauración de un bien confiscado a la mafia, en S. Leonardo de Cutro (en el mar Jónico de Calabria). Lidia explica: «Se transformará en un hostal para jóvenes, pero también para uso de familias que no pueden pagar grandes cifras para pasar sus vacaciones. Estamos esperando la aprobación de un proyecto de formación de muchachos que han abandonado la escuela, será patrocinado por el Ministerio de Juventud»

«Pensamos que todo esto ha brotado del amor de Dios, probablemente de un designio que todavía no conocemos, pero es fundamental el amor recíproco entre Loris y yo, porque no es para nada fácil trabajar juntos. Somos muy distintos, y esto es también positivo, aunque a veces sea difícil porque vemos las cosas de forma distinta. Pero siempre las discusiones e incomprensiones pasan y recomenzamos.

Lo positivo que surge es también un fruto del amor que nuestros hijos tienen por nosotros: con mucha paciencia soportan todos nuestros vaivenes, nuestros compromisos organizativos, los traslados. Muy a menudo ocurre que vienen con nosotros y esto los ayuda a confrontarse con esa parte de la sociedad civil más olvidada, más problemática. Es para ellos una fuente de reflexión y de crecimiento».

Fuente: http://www.famiglienuove.org/

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