«[…]Se acerca la Pascua y me parece que acaba de pasar la Navidad. Tengo la impresión de que el tiempo se escapa velozmente y siento en lo profundo de mi corazón –lo confieso- que me resigno a dejarlo a escapar con tal de que todo sea amor, es decir, con tal de que al final de cada día pueda decir: “También hoy he amado”.

[…] En esta Pascua que  nos recuerda que Jesús después de muerto, resucitó y que también nosotros resucitaremos un día, con el cuerpo; quisiera que todas ustedes se comprometan a decir todas las noches: También hoy he amado.

[…] Nosotros no sabemos cuántos días tendremos todavía, pero cuán amargo sería acercarse a la muerte con pocos días vividos en el amor. ¡Qué remordimiento! Diríamos: “Podía amar y no he amado”

Llega Pascua para recordarnos que cada jornada nuestra debe ser una resurrección: siempre arriba, siempre listas y amar a todos sin mirar si nos gusta o no. Amar, amar, amar. Nunca cansarnos de amar. No dejar nunca nuestra revolución.

Esto nos dará una gran alegría y nos hará gustar la fiesta de Pascua porque es la fiesta del Aleluya.

Así como los primeros apóstoles y cristianos comunicaban a todos que Cristo había resucitado (y que por lo tanto también nosotros resucitaremos) del mismo modo  quien nos conoce debe poder decir que nosotros hemos resucitado espiritualmente de una vida sin sentido a una vida llena de luz y de fuego».

Fuente: Centro Chiara Lubich

1 Comment

  • Mensagem atualíssima! Cada palavra penetra no mais profundo do nosso ser, convocando-nos com sabedoria e amor a uma coerência límpida, que possa refletir a experiência da ressurreição, a partir do amor incondicional aos outros. Obrigada por este dom! Para todos uma perene Páscoa!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *