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Observar, involucrarse, pensar. Pero también actuar, evaluar, celebrar. Son seis las acciones que resumen los pasos para elaborar un proyecto en el territorio que involucre a toda la comunidad, empezando por los chicos. ¿Cómo? Suscitando una mirada distinta en el propio itinerario cotidiano, por ejemplo de la casa a la escuela, identificando y relatando situaciones, hechos que indiquen un problema específico. Desde ahí, la planificación de una intervención que respete los indicadores “pro sociales” y de fraternidad, entendiendo por “pro sociales” aquellos comportamientos que, sin esperar nada a cambio, favorecen a los demás según sus necesidades, y aumentan la posibilidad de generar una reciprocidad positiva.

20141211-01Éste es sólo uno de los proyectos y de las acciones en fase de realización en el gran panorama de los Chicos por la Unidad: existe la Run4Unity, el Súper Soccer, el Laboratorio Hombre Mundo, Coloreemos la Ciudad, los Proyectos-dar de Schoolmates y otros más en elaboración, posibles también gracias a una red de animadores, jóvenes y adultos. En días pasados se reunieron en Castel Gandolfo (del 27 al 30 de noviembre), un centenar de ellos procedentes en su mayoría de Italia, con representantes de Francia, Bélgica, Luxemburgo, España, Portugal, Eslovenia, Hungría y, de unos kilómetros más lejos, de Guatemala, Paraguay e India.

Los une la pasión por formar a las nuevas generaciones, trabajando juntos. No escatiman ni tiempo ni energías, convencidos de que «sin un trabajo adecuado de formación de las nuevas generaciones es ilusorio pensar en la realización de un proyecto serio y duradero al servicio de una nueva humanidad». Lo dijo el papa Francisco, durante la audiencia general con el Movimiento de los Focolares, cuando habló de “hacer escuela”. «Chiara Lubich había acuñado en su tiempo una expresión que sigue siendo de gran actualidad: hoy —decía— hace falta formar “hombres-mundo”, hombres y mujeres con el alma, el corazón y la mente de Jesús, y por esto, capaces de reconocer e interpretar las necesidades, las preocupaciones y las esperanzas que anidan en el corazón de cada hombre».

Pero para formar, es necesario formarse: es por esto que se dedicó un amplio espacio para profundizar el pensamiento de Chiara Lubich acerca de la educación, y un enfoque psicopedagógico que tiende a promover “Life Skills” (aptitudes para la vida) en el grupo de adolescentes. Además de la educación “entre pares”, que un adolescente sin lugar a dudas necesita, sigue siendo fundamental el rol del animador, un adulto que da confianza, que deja espacio a la creatividad, a la libre iniciativa, a la posibilidad de experimentar por sí mismos, de ponerse a prueba.

20141211-02Y es con esta perspectiva que nacen también iniciativas nuevas, como Up2Me-Project, un proyecto de educación a la afectividad y a la sexualidad según la edad evolutiva, llevado adelante en sinergia entre el equipo de Chicos por la Unidad y Familias Nuevas, orientado a preadolescentes y adolescentes. El modelo de referencia es la persona-relación, en la visión antropológica que surge del carisma de la unidad, es decir, la persona en su estar en relación con el otro, en la capacidad de amar y ser amados, de donar y acoger.

Jesús Morán, en un momento de diálogo con los animadores, los invita a reconocer los “signos de los tiempos” en la revolución digital, y a sumergirse en esta cultura sin ingenuidad. Y María Voce, dando un nuevo impulso a la propuesta de vida de los Chicos por la Unidad, 30 años después del nacimiento del amplio movimiento juvenil de los Focolares, invita a «prestar una mayor atención a la pobreza y a la sobriedad de vida» caminando junto a los chicos para salir del constante riesgo del consumismo que, por perseguir el último modelo de smartphone, de pronto les hace perder de vista la grave pobreza material de quienes los circundan.

 

 

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