20150116-03«En Taiwán, la cuestión de la epidemia del ébola no ha sido noticia, con excepción de cuando parecía que el peligro se podía extender más allá de las fronteras africanas. Para la mayor parte de la gente es un problema lejano que no tiene que ver con ellos. Pero nosotros, Jóvenes por un Mundo Unido (JMU) –tanto los de Taiwán como algunos estudiantes de otros países que vinieron acá a estudiar chino- sentimos otra cosa, porque cada uno de nosotros, en este mundo, forma parte de la misma familia humana.

Gracias a un amigo que vivió en Sierra Leona nos pudimos poner en contacto con John, un joven por un Mundo Unido que reside precisamente en Sierra Leona. Nos contó sobre la terrible situación que viven, por la falta de alimentos, el aumento de los precios, las muchas personas que han perdido la vida y un gobierno que no tiene recursos suficientes para ayudar. También nos habló de los esfuerzos que tanto él como otros hacen para asistir a las personas en necesidad.

Por eso decidimos entrar en acción, y organizamos una venta de dulces. Aunque era una cosa pequeña, nos sentimos felices porque al final no estábamos pasivos ante un sufrimiento tan grande. El tiempo que gastamos cocinando juntos nos ha ayudado a reforzar nuestra amistad y ha renovado en nosotros el impulso de promover la paz y la unidad en nuestra vida cotidiana. También hemos tenido momentos de duda, sobre si lograríamos o no vender todos los dulces que habíamos hecho, pero decidimos seguir adelante, confiando que si hacíamos cada cosa por amor a los demás, todo iba a funcionar.

El día de la venta fue fantástico porque vendimos todo y algunas personas nos donaron dinero extra, por eso ganamos mucho más de lo que habíamos previsto. Y lo más importante, muchas personas tomaron conciencia del terrible sufrimiento provocado por el ébola, y vieron que los Jóvenes por un Mundo Unido tratan de vivir por toda la familia humana.

20150116-02Tres chicos africanos, que pasaban de casualidad, nos agradecieron por lo que estábamos haciendo para “su” África. Uno de nosotros respondió: “No es vuestra África, sino nuestra África”, resumiendo así el espíritu de toda la iniciativa.

Dos impresiones de nuestros amigos: “Cuando escuché de la epidemia del ébola –dice Chung Hao- no sabía cómo ayudar, y este evento de solidaridad, aunque sea un pequeño aporte, me ha hecho sentir que cuando los jóvenes están unidos, son realmente una potencia, no sólo en la ayuda concreta”. Y Xin Ci: “La venta de los dulces ha sido una oportunidad importante para dar un aporte a cuantos están sufriendo por causa del ébola. Cuando llegué y vi las mesas llenas de ricos dulces invitantes, me conmoví pensando en el esfuerzo que las personas hicieron para realizarlos. Siempre quise hacer algo por este mundo, y estos pequeños gestos, hechos con infinito amor por parte de cada uno, pueden ser comunicados en todos los rincones del mundo”.

La experiencia prosiguió después –escribe Brian de Taiwán- con otra venta en la que se involucraron estudiantes de la Fu Jen University. Además de ser por una causa muy importante, estas acciones nos han devuelto la energía y nos han dado un fuerte sentido de lo que significa construir un mundo unido».

 

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