DSC05495Los jóvenes estudiantes provenían de 10 países de habla española y Brasil. Más de la mitad de ellos habían participado en la primera y segunda edición de la EdeV. Fue organizada por el Instituto Universitario Sophia (IUS) -representado en esta oportunidad por los profesores Araceli del Pozo y Sergio Rondinara-, la Mariápolis Lía y un cuerpo de profesores latinoamericanos (procedentes de México, Guatemala, Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina) que tuvieron a lo largo de estos años varios seminarios con Piero Coda (Rector de Sophia) en los que se fue perfilando un trabajo cultural e interdisplinario al servicio de toda Latinoamerica.

El programa se centró en el estudio de la comunicación, la pedagogía y el arte. Durante las mañanas se presentaron los conceptos centrales de cada disciplina y por la tarde, en general, se realizaron los talleres y actividades: Aprendizaje y Servicio Solidario, la Prosocialidad, las formas actuales de Comunicación, el Diálogo entre las culturas originarias y las contemporáneas, la Expresividad a través de la literatura y la música.

DSC05514Al inicio de cada mañana, el profesor Sergio Rondinara condujo el espacio de “Ejercitación para una Cultura de la Unidad”, en el cual se presentaron diversos autores y textos, seguidos por reflexiones de la comunidad de aprendizaje reunida en la EdeV.

También se destacaron las participaciones de estudiantes, preparando y conduciendo algunos de los talleres.

Varios docentes compartían la impresión de haber recorrido juntos un camino de crecimiento, también con los estudiantes. Alguno de los jóvenes sentía que la experiencia de estos años le había «roto la cabeza» porque descubría que su anterior visión de América Latina era muy reductiva. Otro decía que inexplicablemente, había pasado «de reclamar a comunicarse». Otra chica afirmaba, con conmoción, que por primera vez lograba «aceptar y abrazar con amor» las raíces indígenas de su pueblo, que antes negaba. Otra se sentía «abrumada y feliz» por la sensación de haber derrumbado «mucha cosa superficial» en su vida. Tantos deseaban «más diálogo», más ocasiones para darse, contarse y comprenderse juntos. Y muchos se planteaban una exigencia sencilla: «quiero profundizar más».

DSC05545Los momentos de diálogo personal y en pequeños grupos entre estudiantes, docentes y tutores fueron un sello de esta escuela. Eran ocasiones privilegiadas para abrir la propia interioridad y comunicar las angustias, los descubrimientos y los anhelos más profundos: ¿para qué estudio?,¿qué camino seguiré en la vida?, ¿cómo distingo lo verdadero en las ideas, en el mundo y en mí?

Fue una gran exigencia, que los docentes aceptaron con alegría y honestidad intelectual, tratando de excavar en sí mismos para dar de lo propio y caminar juntos hacia la Verdad.

Se cierra una etapa, que sin duda -es el sentir de estudiantes y profesores-, tendrá continuidad en la búsqueda de la cultura de la unidad desde el pensamiento latinoamericano.

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