MariaVoce_Intervista_bCuando el Papa Francisco se encontró con ellos, en el pasado mes de septiembre, recordó a Chiara Lubich como «extraordinaria testigo» de la unidad que «ha llevado el perfume de Jesús a muchas realidades humanas y a muchos lugares del mundo». Y hoy, a siete años de la muerte de la fundadora, el Movimiento de los Focolares reconfirma su vocación de ser escuela de comunión y crisol de unidad para toda la Iglesia, como reafirma la Presidente  Maria Voce en esta entrevista a nuestro periódico.

¿Cree que el carisma de la unidad de Chiara esté destinado a su realización?

¿Usted piensa que si no lo creyese habría entregado la vida al Movimiento? Creemos que se realizará porque coincide con la oración que Jesús dirigió al Padre: “que todos sean uno”. Y no podemos pensar que una oración del Hijo de Dios no deba realizarse. Cierto, no sabemos cómo, no sabemos cuándo, pero damos la vida para que se realice. Queremos que se realice y damos aquellos pequeños pasos que podemos dar hoy para apresurar el momento de su total realización.

¿Qué significa «ser familia» según el testamento que Chiara ha dejado?

En ocasión de mi primera elección dije que mi deseo era que el Focolar privilegiase las relaciones humanas. Creo que en el fondo es lo que hemos tratado de hacer, aunque siempre seamos tentados hacia el individualismo. Construir relaciones con las personas dentro del Movimiento significa verdaderamente interesarse por los demás y tener ese amor capaz de comprender, de perdonar, de acoger, de ayudar cuando es necesario: todo lo que se hace dentro de una familia. Una vida de familia por lo tanto, íntegra, porque construida con relaciones verdaderas, auténticas. […]

¿Qué función desempeñan hoy los Movimientos en la Iglesia?

Una doble función: por una parte, los Movimientos son portadores de carismas, dones del Espíritu Santo para la Iglesia y para la humanidad. Tienen por lo tanto una influencia sobre toda la Iglesia, porque se ponen a disposición de todos para la construcción del cuerpo eclesial. […] En el ámbito de cada uno de los Movimientos, además, existe este impulso a una vida evangélica más radical.

Está el deseo de un mayor compromiso, de una apertura al mundo que nos rodea. Son características que los Movimientos tratan de vivir, pero que deberían vivir todos los cristianos. […] En las asociaciones, en los Movimientos podemos ayudarnos: podemos descubrir el valor de estar el uno junto al otro, para darnos una mano, animarnos, sostenernos y también volver a levantarnos cuando caemos. […]

En la última Asamblea el Papa Francisco les ha confiado tres verbos: contemplar, salir, hacer escuela. ¿Cómo están actuándolos?

El Papa Francisco citó una frase de Chiara Lubich: éste es el gran atractivo de nuestro tiempo, penetrar en la más alta contemplación y permanecer mezclado con todos, hombre entre los hombres. Chiara nos enseñó siempre que tenemos que llegar a ser Jesús. Por eso, ‘contemplar’ significa ser Jesús, convertirnos en Jesús, viviendo el Evangelio integralmente, logrando descubrir lo que Jesús está obrando en la historia, lo que quiere decirnos a través de cada hombre que encontramos. […]

En relación a ‘salir’, es una de nuestras prioridades. Lo hemos sentido particularmente nuestro cuando el Papa Francisco lo subrayó y sentimos la alegría de estar en sintonía con lo que el Papa nos pide hoy. El ‘hacer escuela’ nos parece que sea sobre todo estar atentos a examinar continuamente nuestro carisma: no para transformarlo, sino para ver cómo responde hoy a los signos de los tiempos, acogiendo los lenguajes, los estilos, las preguntas nuevas que la humanidad impone. Hagamos nuestro todo esto para expresar el carisma de siempre adecuándolo al hoy.

 

Como presidente ¿qué prioridades indica para el futuro del Movimiento?

No soy yo quien elige las prioridades. Debo acoger las que vienen expresadas por el Movimiento en todo el mundo. La exigencia emergida en la última Asamblea es la de estar muy abiertos y en salida hacia las periferias, que no son solamente las geográficas, sino cualquier lugar donde falte el amor y donde las divisiones impidan que se realice el espíritu de unidad del carisma que Chiara nos ha dejado. […] Esto trae como consecuencia una atención particular a los lugares en los cuales se manifiestan mayormente estas divisiones. Pensamos en esos Países donde hay una enorme diferencia entre las clases sociales, o bien donde las diferencias religiosas se convierten en motivo de luchas, de guerra, de terrorismo. Mirando estos Países, en particular, queremos invertir recursos, talentos, y hacer todo lo posible para ayudarlos. Sin olvidar no obstante a Europa, que ha perdido el alma religiosa porque ha cortado sus raíces. Llevamos adelante también el diálogo con la cultura post moderna, con esta noche que parece que envuelve la vida de los hombres de hoy.

De Nicola Gori, en Osservatore Romano 18 de marzo de 2015

Lee la entrevista integral en italiano

 

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