Igino Giordani con i giovani«Las conversaciones de Chiara Lubich sobre la Eucaristía fueron para mí una revelación. Me hicieron conocer de una manera más amplia, más precisa, más profunda, el efecto que la Eucaristía tiene en la sociedad y en cada persona. He visto que el progreso de la conciencia cristiana, ya sea en cada persona como en la sociedad, depende del progreso de la conciencia que los cristianos tengan de la Eucaristía.

En otros términos: si nosotros sabemos lo que es la Eucaristía y la vivimos como ella es, entonces extraemos del cristianismo el valor más profundo ya sea para nuestra alma como para la sociedad. La Eucaristía, efectivamente, logra la unión del hombre con Dios; ella representa el misterio del amor de Cristo hacia la humanidad. Es la comunión con Cristo y con los hermanos. Es la unidad entre ambos. Si se aspira a un progreso de los ideales comunitarios, ideales que unifiquen a la sociedad de hoy; ideales que signifiquen  las aspiraciones más hermosas contra las egoístas defensas de los intereses particulares; ideales que defiendan la tolerancia entre las razas; ideales que no acepten las dictaduras, etc, es necesario progresar en la conciencia de la Eucaristía, hay que vivir en profundidad esta realidad.

Se puede decir que la relación con Dios y con el mismo hombre es un misterio eucarístico, en el cual Dios se hace hombre para que el hombre se haga Dios. Nada menos que esto.

Chiara, con sus explicaciones, nos quiere insertar conscientemente no sólo en el pensamiento de Cristo, sino en la persona de Cristo, en su humanidad y en su divinidad. Nos quiere poner a convivir, a través de la comunión sacramental, con la divinidad y con la humanidad de Jesús, con ambas.

Es una revolución que “endiosa” al hombre y lo coloca contra y sobre el proceso de degradación que cursa la sociedad. Gracias a la Eucaristía comienza la rebelión contra la muerte.

Chiara, de este modo, impone a nuestra vida un carácter de heroísmo, de santidad. No tiene lugar la mediocridad en la convivencia humana; recordamos la pregunta que el ángel le hace a las almas que entraban en el purgatorio como lo  describe Dante en La Divina Comedia: «0 gente umana per volar su nata,- perché a poco vento così cadi?» (“Oh, hombres y mujeres, nacidos para volar hacia Dios, pero que con tanta facilidad, caen en el pecado”). Es decir, “hombre, ¿por qué tú, que naciste para volar hacia Dios, te dejas caer en el pecado tan fácilmente o pierdes este vuelo?” La santidad es heroísmo, pero es un heroísmo facilitado inmensamente por el alimento cotidiano del pan eucarístico.

Esto implica una devoción cotidiana, asidua, de cada día, cada vez más alta, pasando por encima de la mediocridad en la que tanta gente de la humanidad hoy vive. Una mediocridad impregnada de mentiras, lujuria, robos, violencia que no es vivir, sino organizar tontamente nuestra agonía. ¡Con la Eucaristía se vuela!».

Igino Giordani, Con la Eucaristía se vuela,  «GEN» noviembre de 2004, pp.10-11

2 Comments

  • Quanto è attuale questa pagina! Sì, Chiara ci ha svelato come l’Eucarestia ci fa entrare «nella persona di Cristo» e diventare altri Lui per portare tutta l’umanità nella Trinità! La parolina magica che mi viene nella testa e nel cuore perché ciò si realizzi è «servire»!

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