20150626-aSobriedad

«Cada mañana, mientras voy caminando a la parada del ómnibus, me llama la atención una escena que se repite: hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, vestidos dignamente, cada uno con un carrito de compras y un palito, hurgan en las los cestos de basura buscando cualquier cosa. A su modo, me dejan una enseñanza: como cristiana, debo prestar atención a las cosas esenciales y no tirar nada. La enseñanza de elegir la sobriedad, el reciclado, respondiendo con fuerza con un “no” cada que vez que el consumismo me tienta con sus ofertas». (Emi-Italia)

La abuela

«“Ama a tus enemigos”. Esta frase del Evangelio me sacudió, porque –pensándolo bien- también yo tenía un enemigo: la abuela, a quien desde hace muchos años mi familia no visitaba a causa de viejas rencillas. Cuando supe que no estaba bien de salud, pensé que tenía que visitarla. Mis padres estaban admirados de que de repente me acordara de ella. Ellos no querían ir después de tantos años, pero me dijeron que si yo lo deseaba, podía ir a visitarla. Cuando llegué a su casa, todos me miraban asombrados y me trataban con frialdad. No fue fácil, pero fui adelante. La abuela estaba muy grave. Estaba somnolienta. Cuando se despertó, la pude saludar y ella me abrazó: “Eres mi nieta, te reconocí. Estoy contenta, estoy contenta…”. Las dos lloramos de alegría. Volviendo a casa, convencí a mis padres y volvimos todos juntos a verla. ¡Fue un momento de gran conmoción! Apenas una semana después, la abuela nos dejó para ir al Cielo». (S.A.-Pakistán)

Fui yo

«Estábamos en el campo. En la casa de al lado vive Tino, un niño que vive en un ambiente difícil; tal vez por este motivo es muy violento con nuestro hijo Andrés, que tiene su misma edad. Una tarde veo que la nueva bici de Andrés está rota. Impaciente, quiero saber quién la rompió.Al rato llega Andrés muy abatido: “Mamá, yo rompí la bicicleta”. Sorprendida, le grité antes de perdonarlo. Al día siguiente, en un momento de familia, el niño me cuenta: “Sabes, mamá, el que rompió la bici fue Tino. Pero estabas tan enojada que tuve miedo por él. En su casa le gritan siempre…”». (L.P.-Brasil)

 

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