20160520-02

Con 367 votos a favor y 137 en contra, los diputados brasileños aprobaron la apertura del proceso de impeachment contra la presidente Dilma Rousseff, mientras que más de 200 millones de brasileños, fuertemente divididos, han seguido en vilo la votación. Ahora es el Senado el que debe definir si se realiza el juicio a la presidente. Si el voto del 11 de mayo es favorable, la presidente será suspendida de sus funciones durante 6 meses, en espera del veredicto final. La Constitución brasileña prevé, en este caso y por ese período de tiempo, que asuma la presidencia el vicepresidente.

Los obispos brasileños en una declaración oficial del 13 de abril, expresaron su voz “frente a la profunda crisis ética, política, económica e institucional” que atraviesa el país con “escándalos de corrupción sin precedentes”, que involucran a empresarios, políticos, funcionarios públicos en “un esquema que, además de ser inmoral y criminal, tiene un precio muy caro” que – dicen los prelados- pagan principalmente los pobres.

Y centrando la atención en el impeachment, afirman que hay que acompañar “con atención este proceso” augurando que se desarrolle “en el respeto al orden jurídico del Estado democrático de derecho”. Subrayan, además, que “el bien de la Nación exige la superación de los intereses personales, partidistas y de grupo por parte de todos” porque “la polarización de posiciones ideológicas, en un clima fuertemente emotivo, genera la pérdida de la objetividad y puede llevar a divisiones y violencias que amenazan la paz social”.

Los obispos piden al “pueblo brasileño que conserven los altos valores de convivencia democrática, de respeto al prójimo, de tolerancia y de sano pluralismo, promoviendo el debate político con serenidad”. Y concluyen afirmando que creen “en el diálogo, en la sabiduría del pueblo brasileño y en el discernimiento de las autoridades en la búsqueda de caminos que garanticen la superación de la crisis actual y la preservación de la paz en nuestro país”.

160329-MPpU-Encantado-20_01El Movimiento políticos por la unidad de Brasil (Mppu) – un espacio de diálogo político que se inspira en los ideales de fraternidad típicos de la espiritualidad de los Focolares-, afirma a través del Presidente Sergio Previdi “la propia convicción en la fuerza del diálogo libre de prejuicios”. Previdi invita además, a los ciudadanos “a promover un diálogo inclusivo” para que “juntos, ejercitando la democracia, se puedan poner en práctica las acciones necesarias para el bien de todos”. “Se puede hacer mucho – dicen- si ponemos en práctica la cultura de la fraternidad, superando las fronteras partidistas y participando positivamente en la vida política cotidiana del país”. En este delicado momento la principal preocupación para el Mppu de Brasil, es la de “dispersarnos, y permitir que las diferencias ideológicas y partidistas nos dividan”, sino que al contrario “aceptemos las diferencias para profundizar el diálogo”. Y sobre todo “tratemos de informarnos de distintas fuentes para acercarnos mejor a la verdad”.

Los numerosos miembros del Movimiento de los Focolares de Brasil, siguiendo la línea de la Conferencia episcopal brasileña, se comprometen a ofrecer lo que consideran “la principal contribución que podemos dar en este delicado momento: el anuncio y el testimonio de la fraternidad vivida. Esta es la específica característica de la unidad que nos anima”.

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