Primo piano Luigina 20 anniA veces, escuchando la historia de una persona, uno tiene la impresión de admirar el panorama de toda una época. Es el caso de Luigina Nicolodi. Originaria de Trento, ojos azules, nacida en 1925. Una mujer diminuta, fuerte y luminosa, como la abundante cabellera canosa que le enmarca el rostro. Recientemente Luigina, quien actualmente vive en Roma, entregó el relato de su vida en las páginas de un libro, publicado por Città Nuova, «Serás completamente nueva». Mi vida con Chiara Lubich.

El Novecientos que Luigina recorre es un siglo de contradicciones, guerras, tensiones fratricidas, que atraviesan y sacuden a las grandes potencias mundiales y a Europa. «Después de una infancia serena, toda hecha de juegos» se asoma a la juventud precisamente mientras acechan las nubes premonitorias de una nueva guerra. El 5 de mayo de 1936 las tropas italianas conquistan Adís Abeba. Miles de italianos se trasladan a Etiopía atraídos por las posibilidades del nuevo mercado. Entre éstos se encuentra la familia de Luigina. En junio de 1940 el segundo conflicto mundial irrumpe en la casa de la familia Nicolodi: «En seguida mi padre, como todos los hombres válidos, fue llamado a prestar servicio militar y tuvo que cerrar el taller». Es enrolado y combate, hasta que lo toman preso y lo envían a un campo de concentración. El resto de la familia, habiendo perdido todos sus bienes, tiene que someterse a una odisea para repatriarse a su ciudad natal, donde viven en la incertidumbre, bajo el continuo silbido de las bombas. Luigina se encarga de los trámites del seguro social de los agricultores y puede constatar las condiciones de explotación en las que viven. En 1945, la vigilia de Navidad, «hecho un trapo», reaparece el padre, irreconocible, doblegado por cinco años de guerra y los campos de concentración.

1963 a Oberiberg gruppo focolarineMientras tanto, entre los escombros de una ciudad humeante por los bombardeos, nacía la primera comunidad focolarina. En 1947, invitada por una conocida, acontece el encuentro con Chiara Lubich. «Siempre había consideradocuenta ella mismaque Dios estaba lejos, allá arriba, en lo alto del cielo. Para mí, había una distancia enorme entre tierra y cielo, con algo gris y opaco, como si en el medio hubiera nubes o cortinas, que se sobreponían. Escuchando las palabras de esa joven, me pareció que una infinidad de capas se corrían misteriosamente de un lado y del otro, como el telón de un escenario que se abre».

El pequeño apartamento en el número 2 de plaza de los Capuchinos, en Trento, se convierte en el corazón de un grupo cada vez más numeroso. Decenas, luego centenares de personas atraídas por una manera nueva de vivir según la lógica del Evangelio. Luigina es la número dieciséis entre las compañeras de aventura de Chiara que entran a vivir de forma estable, en 1948, en el “focolar”, dejando decididamente a sus espaldas perspectivas de vida más seguras y adecuadas a la época.

Luigina Nicolodi e Chiara 1995Un día, mientras de la ventana observan a unos obreros que estaban excavando los cimientos de una casa, Chiara se dirige a Luigina, comparando ese trabajo de excavación en las almas, para «menoscabar, hacer que Dios penetre y se arraigue en ellas». Éste es, en síntesis, el trabajo al que Luigina se dedica desde entonces: la construcción de otra casa, la de Dios en el alma de las personas.

Desde las montañas de Tonadico, a Trento, luego Milán, Turín, Roma, Bolzano, Trieste, Luigina, con su proverbial sencillez y autenticidad, es testigo de la difusión de una espiritualidad nueva en el seno de la Iglesia. En Trieste, tierra fronteriza con Yugoslavia, realiza numerosos viajes más allá de la “cortina de hierro”. Un día, «para no correr el riesgo de ser descubiertos y denunciados por los “ángeles de la guarda” omnipresentes, es decir los policías, en vez de reunirnos en el lugar establecido, nos encontramos en una lejana capillita abandonada. Fue en ese ambiente escuálido que anuncié nuestro revolucionario descubrimiento del Evangelio».

Después de los años juveniles y la época de los inicios sorprendentes, durante muchos años Luigina ofrece su contribución en el Centro Internacional de Rocca di Papa, a lado de P. Foresi, primer copresidente del Movimiento, luego en la cercana zona de los “Castillos romanos”.

En 1995, el encuentro con una enfermedad graveme di cuenta de que todo lo que el mundo valora era basura y en cambio era una ganancia estar más cerca de Jesús»), de la que se cura completamente.

La aventura de Luigina, compañera “de la primera hora” de Chiara Lubich, sigue preciosa.

Todas las citas son extraídas de «Sarai tutta nuova». La mia vita con Chiara Lubich, Città nuova, febrero de 2017.

 

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