20171206-01No rival, sino hija
Por mucho tiempo viví momentos muy difíciles en la relación con mi esposo Martín debido a mi suegra. Ella no lograba desapegarse de su hijo y consideraba que yo le había robado su afecto. Estaba a punto de abandonar a mi marido, la casa y los hijos, cuando me llegó la Palabra de Vida del mes. Ese comentario me lo enviaban puntualmente unos amigos, pero yo no lo leía nunca, aunque me consideraba cristiana. Pero me sentía tan mal que Dios me parecía lejano. En esa ocasión en cambio lo leí, y desde la primera frase sentí que estaba dirigido a mí. Entre lágrimas, le imploré ayuda a Dios. Días después Martín y yo participamos, . Entre lágrimas, le imploré ayuda a Dios. Días después Martín y yo participamos, como última tentativa, en un encuentro para familias. En el clima de apertura que se estableció, encontramos la fuerza para pronunciar un nuevo Sí”. Significó un viraje en mi vida. Siempre gracias al apoyo de otras parejas, logré conquistar el afecto de mi suegra. Con el tiempo empezó a considerarme una hija y no una rival. Cuando se enfermó, la asistí con amor y dedicación, preparándola al encuentro con el Padre. (Lucero – Colombia)

Providencia
La mañana del 24 de diciembre fui al mercado para comprar la comida de la cena de Navidad. Pero todavía no había comprado las bebidas. Regresando a casa, encontré una carta. Era de unos conocidos que me pedían un préstamo. La suma correspondía al dinero de las bebidas. Lo consulté con Guiselle y respondimos: „Se lo enviamos como regalo, ¡no se preocupen por devolverlo!”. También con agua fresca transcurrimos una noche maravillosa entre cantos y música.
Días después, nos llegó una suma inesperada superior a aquella de la que nos habíamos privado. (G.P. – Kenia).

En la estación
Estaba por ir donde mi hija, quien vive en otra ciudad, cuando llegando a la estación me di cuenta de que, por haberme detenido y acoger a una persona, la posibilidad de aprovechar el descuento para los ancianos se había vencido. Pensando en que valía más haber hecho un acto de amor que una reducción sobre el boleto encontré la serenidad. Sólo que, mientras estaba en la caja, el empleado me dijo que por ese día, y sólo por ese día, había un precio reducido único para todos los destinos. El descuento era más del doble del que me habrían dado por el carné de persona mayor. (G.M. – Italia)

El riesgo
A veces uno de nuestros hijos invitaba a dormir a casa a un amigo, una persona poco confiable. Ante esta situación, mi esposo y yo decidimos interesarnos en él, y descubrimos que se había ido de su casa, que sufría de depresión, y, además de que bebía, usaba drogas, y que se las había ofrecido también a nuestro hijo. A pesar del temor ante este riesgo, tratamos de amarlo como nos enseña el Evangelio. Un día nos dijo confidencialmente que había dejado de drogarse y que quería vivir como nosotros. «La vida de ustedes tiene sentido”, nos dijo. Con el tiempo, además de ayudarlo a desintoxicarse, contactamos a sus papás quienes empezaron a hacerse cargo de él. (C.A. – Brasil)

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