Setenta años de aquel sí

 
En Trento se conmemora a su ilustre ciudadana, Chiara Lubich.

Con motivo del setenta aniversario, el Movimiento de los Focolares ofrece a la ciudad que le vio nacer un acto en el que recordará su evolución, desde que la entonces maestra Silvia Lubich se consagró a Dios en completa soledad, hasta el presente de la espiritualidad de la unidad.

Chiara Lubich, setenta años de aquel si, es el título bajo el que se desarrollará el acto el 7 de diciembre desde las 15 h. Durante el mismo tendrán cabida muchos de los que gracias a su especial contribución han colaborado a la construcción de la fraternidad. Se contará con la participación de ciudadanos y representantes de las instituciones trentinas: ayuntamiento, provincia, región, archidiócesis,… todos ellos involucrados en su propio ámbito, en el intentar transformar a Trento, consiguiendo una ciudad cada día más solidaria, más hospitalaria, más modelo de convivencia.

El 7 de diciembre se reconoce como fecha oficial del comienzo de los Focolares. Aquel día Chiara Lubich se consagró a Dios en la iglesia de los padres capuchinos. Nacía con esta donación, un Movimiento que abraza el mundo y cuenta con una comunidad planetaria de más de dos millones de personas.

Años más tarde la misma Chiara explicaba el sentido de su actuar, de un empeño adquirido durante la guerra, que de personal, se vuelve rápidamente comunitario: “Todo surge con un programa bien preciso: queríamos resolver el problema social de nuestra ciudad”.

Volviendo a Trento cincuenta y ocho años después, en 2001, Chiara Lubich marca una etapa histórica en la relación con su ciudad, a la que invita a ser “ardiente en el amor”, recordando una mirada que ella y sus primeras compañeras lanzaron sobre la ciudad: “Me encontraba en un punto alto de la ciudad y, contemplando la vista, sentí en el corazón un gran deseo: ver Trento toda encendida de amor, del amor verdadero, de aquel que une hermano con hermano, aquel que el carisma de la unidad podría realizar. Y esta idea –recuerdo- daba plenitud a mi corazón…”

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