La más bella

 
Mayo es el mes dedicado por la iglesia católica a María. La conocemos un poco más de la mano de los niños y de Chiara Lubich.

En numerosas ocasiones, Chiara Lubich habló a los niños y niñas de los Focolares sobre María; en otras, ellos le hacían preguntas. De esta manera, pequeños y adultos del Movimiento han intentado vivir como María, le han hecho dibujos, compuesto poesías,.. Una de las canciones favoritas de los niños y niñas es precisamente una dedicada a María: Bella, que en la versión en castellano grabaron unas niñas de Andalucía.

A continuación, seleccionamos algunas de las preguntas que le hicieron los niños a Chiara y que aparecen recogidas en el libro de Ciudad Nueva  titulado La más bella:

¿Quién es María para ti? (Elisabeth – Estados Unidos)
María es mi modelo porque ella siempre hizo la voluntad de Dios, y yo también quiero hacerla. Porque ella dio al mundo el Niño Jesús, y yo también quiero llevar espiritualmente a Jesús en medio, que es Jesús mismo. Y además porque María ama a todos, y yo también quiero amar. Por eso hemos hecho un movimiento para llegar al mundo unido, para amar a todos, todos, todos.

¿No te entra sueño cuando rezas el rosario? (Carol – Brasil)
Mirad, todos somos del movimiento, pero vosotros sois niños. Yo soy mucho mayor, yo soy adulta. Por eso es normal que me entre menos sueño que ha vosotros. ¿Sabéis por qué me gusta el rosario? Porque una vez la Virgen, cuando estaba esperando al Niño Jesús, fue a ver a santa Isabel. Y en cuanto la vio a santa Isabel, le dijo: “Todo el mundo te llamará bienaventurada; bendita tú, que eres la madre de Jesús; bendita, bendita eres”.
Y como en las avemarías del rosario decimos precisamente esta frase: “Bendita tú eres entre todas las mujeres”… Isabel le había dicho: “Todos te llamarán bienaventurada”. Yo me siento dentro de este “todos” y entonces me gusta mucho repetir muchas veces: “Bendita tú eres entre todas las mujeres”. Me gusta llamar así a la Virgen. Pero los niños no hace falta que digan el rosario. Bastan diez avemarías o incluso, cinco, pero bien rezadas. Valen más cinco avemarías bien rezadas que un rosario rezado con sueño.

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