Reproducimos a continuación el editorial publicado en el número de junio de la revista Ciudad Nueva, compartiendo la línea del mismo:
Se acercan el final del curso y las ganas de recuperar fuerzas para seguir afrontando los desafíos de nuestro mundo: la terrible situación de las personas que deben huir de sus países y no tienen dónde ir, el miedo a pasear por algunos lugares debido a la amenaza terrorista, la compleja realidad sociopolítica en la que estamos inmersos…
Descansar para poder seguir sosteniendo la construcción del mundo unido. Ello requiere, como dijo el Papa Francisco en su visita a Loppiano el 10 de mayo citando a San Pablo, hypomoné: «asumir, soportar, permanecer, aprendiendo a habitar las situaciones trabajosas que la vida nos presenta». Y añade: «Se trata de mantener firme esta decisión, incluso a costa de las dificultades y las contrariedades, sabiendo que esta constancia, esta firmeza y esta paciencia producen esperanza». Pues bien, aferrémonos a la hypomoné y a la esperanza en que todo puede cambiar, y a mejor, con nuestra aportación.
Seguimos convencidos de que la única solución a muchos de los problemas que nos rodean es la fraternidad que se construye con el diálogo, entendido como un «caminar juntos en la historia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo como “un solo corazón y una sola alma”, descubriéndonos y amándonos mutuamente de manera concreta como “miembros los unos de los otros”». Para ello estamos capacitados por «el carisma de la unidad, que es una ayuda poderosa para vivir la mística evangélica del nosotros», como afirmó también el Papa en esa visita.
Esta es la única voz y opción del Movimiento de los Focolares, el deseo que nos acomuna y expresa a todos. Otras opiniones que puedan realizar en conciencia sus miembros, expresadas privada o públicamente, lo son solo a título personal.
En ese empeño seguimos, seguros de que la pluralidad es un desafío positivo y una enorme riqueza; comprometiéndonos y trabajando en primera persona para «tender puentes en las actuales circunstancias y siempre»; recorriendo este doloroso camino de comprensión y amor recíproco en el que todos tengan espacio, y que no puede sino conducirnos a una realidad de fraternidad experimentada que podremos compartir con los demás.
Eealimentación
Gracias por este artículo y por recordarme el compromiso adquirido con la campaña “soy diálogo” que renuevo y actualizo en este mismo momento, para seguir caminando juntos, ante tantos retos!!