Sevilla – Buyumbura

 
Los niños y niñas de los Focolares, conocidos como Gen 4, también van más allá de las fronteras.

Sevilla – Buyumbura (Burundi), 7.839 kilómetros de distancia, dieciséis horas de avión como mínimo. Dos lugares muy lejanos, pero tan cerca para los Gen 4, los más pequeños de los Focolares. Durante el curso que ahora termina los grupos de niños y niñas de los Focolares de estas ciudades han estado en contacto y han aprendido los unos de los otros. Mucha emoción el día en el que se pudieron ver a través de internet; ni el kirundi, ni el castellano ni el francés les frenaron. Previamente habían intercambiado sus experiencias sobre cómo viven el Dado del amor[1].

Y poco a poco se van conociendo y comienza algo más que una amistad en la distancia: aprenden juntos a vivir poniendo toda su parte para difundir el amor en el mundo.

¿Y cómo aprenden? Viviendo concretamente por los demás y compartiendo la alegría que tienen tras amar a todos o ser los primeros en amar. Marie Stella (9 años) les cuenta: “de camino al colegio suelo ver a una señora mayor que pide limosna y me da mucha pena. Un día tenía 100 francos burundeses (0,025 €) y se lo dí. Cuando se lo dije a mi madre se puso muy contenta. Entonces, otra vez que también tenía dinero, se lo di. Unos días después una amiga me dio un par de zapatos muy bonitos. Me dio mucha alegría porque entendí que Jesús me había recompensado porque ayudé a esta señora”. Y Christa (9 años): “un día vi que la ropa de mi tía se había caído al suelo y la puse en su lugar porque en ella veo a Jesús”.

A cambio, Blanca (5 años) les cuenta que “en lugar de esperar a que mi madre me dijera que ordenara el cuarto, lo ordené yo”; Alberto (7 años), “agradezco a mi tío cuando me trae a los encuentros gen”; Natalia (6 años), que “no me quería tomar el desayuno y me lo comí”.

Una cosa lleva a la otra y nace también la necesidad de hacer algo concreto para expresar el amor. En Navidad, los Gen 4 de Sevilla empezaron a reunir material escolar para compartir con sus nuevos amigos, los Gen 4 de Buyumbura.

Pero esto no acaba aquí: la conexión Sevilla – Buyumbura sigue adelante y también las ganas de hacer un mundo mejor.


[1] El Dado del amor fue una propuesta de Chiara Lubich. Sus caras representan cada uno de los puntos del arte de amar: amar a todos, ser los primeros en amar, “hacerse uno” con el otro, ver a Jesús en el otro, amar al enemigo y amarse recíprocamente. Al lanzarlo, el lema que sale es el que tratan de vivir durante todo el día, comunicándose después las experiencias y descubriendo la alegría de amar al prójimo.

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