El sábado 4 de febrero será una jornada histórica para todas aquellas personas involucradas en vivir según las líneas de la Economía de Comunión (EdC). En su mayoría empresarias y empresarios, que eligieron la comunión como estilo de vida personal y empresarial. Junto con ellos estarán también muchos jóvenes, estudiantes, estudiosos y profesores, que a través de la investigación y la actividad académica quieren dar fundamento teorético al binomio economía–comunión. Y es que el Papa Francisco les encontrará en el Aula Pablo VI. En la audiencia estará presente Maria Voce, Presidenta de los Focolares, junto al Consejo General del Movimiento. Tampoco faltará una representación española, compuesta por veinte personas entre empresarios y estudiantes.
Será una ocasión para agradecer al Papa Francisco por haber puesto en luz, en su magisterio y en su acción, la dignidad de los pobres y de los excluidos. Al tiempo que se le podrán presentar algunos frutos de su historia, no exenta de los mismos desafíos y crisis que afectan el mundo.
Este recibimiento del Papa se enmarca dentro de tres congresos de trabajo que se celebran del 1 al 5 de febrero, en la sede del Centro Mariápolis de Castelgandolfo (Roma), para definir pistas y proyectos a desarrollar en el periodo 2018-2020.
La EdC nace en mayo de 1991, durante un viaje de Chiara Lubich a Brasil. En San Pablo observa la corona de chabolas que rodea la ciudad. Chiara invita entonces a un primer grupo de empresarios a crear empresas que, siguiendo las leyes del mercado, produzcan beneficios “que se pondrán libremente en común”. La finalidad: aliviar a los pobres, crear puestos de trabajo, promover la cultura del dar como alternativa a la cultura del tener.
Ahora, veinticinco años después, la EdC se ha extendido a los cinco continentes. Numerosos serán los participantes de Asia: China, Corea, Filipinas, Hong Kong, India, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam. Tampoco faltarán del continente africano: Burkina Faso, Burundi, Camerún, Costa de Marfil, Etiopia, Uganda y Nigeria, República Democrática del Congo. Presencia también de once países de América: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Cuba, México, Panamá, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos. Numerosa la participación de veinte países de Europa.
Hoy la EdC anima algunos polos productivos en Europa y América Latina, genera vida de comunión en más de ochocientas empresas, alivia a varios miles de pobres, asegura el estudio a sus hijos, desarrolla una reflexión cultural que contribuye a la relaboración de categorías económicas como reciprocidad, don, gratuidad y la idea misma de mercado. Además está poniendo en marcha nuevos proyectos:
– una red internacional, Economy of Communion International Incubating Network – EOC-IIN, con hub presentes en algunos polos empresariales EdC (y no sólo) para sostener sobre todo a jóvenes empresarios. Ya están en marcha en Camerún, Portugal, Croacia, México y Brasil. Es precisamente en Brasil, de manera especial, donde está funcionando con éxito una colaboración con organizaciones de la economía social y civil para la capacitación de cien jóvenes procedentes de contextos de vulnerabilidad; en Portugal y México se están desarrollando talleres de formación al espíritu empresarial “de comunión” dirigidos especialmente a los jóvenes, también en colaboración con instituciones académicas como la Universidad de Puebla (México) para la incubación de proyectos de una comunidad indígena.
– un Observatorio sobre la Pobreza que recoge las buenas prácticas en la lucha contra la pobreza, desarrollando un enfoque inspirado en los valores de la comunión y de la reciprocidad.