Una experiencia única e irrepetible la que están haciendo los de Chicos por la Unidad (CxU) de todo el mundo durante la segunda quincena del mes de julio. Alicia Hidalgo nos cuenta cómo ha vivido la primera semana en la Ciudadela Faro (Croacia). Allí se han reunido 25 chicos y chicas españoles junto a cerca de trescientos coetáneos de todo el mundo, nada menos que de Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Venezuela, Argentina, Italia, Alemania, Portugal, Rusia, Suiza, Tierra Santa, Jordania, Hungría, Croacia, Eslovenia y Líbano. Otros CxU han estado en Serbia y Polonia, además de los que están en sus propios países trabajando en diferentes proyectos sociales. Todos, reunidos en la distancia en el Campo de Trabajo Hombre Mundo.
Alicia es de Madrid y tiene 16 años. Así ha vivido ella estos días:
“La noche de un caluroso jueves de julio, todos nos disponíamos a recargar nuestras pilas para la gran e intensa experiencia que nos esperaba en la lejana Croacia. Algunos ya empezaban su aventura aquella noche, a otros les quedaba aún tiempo para descansar bien y salir preparados.
Ya pronto por la mañana, comenzaban a salir los primeros viajeros rumbo a la primera parada: Barcelona, donde nos encontraríamos todos más tarde.
Desde las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche fuimos llegando al aeropuerto donde nos reunimos todos. Una vez explorado suficiente el aeropuerto, nos pusimos a cenar todos juntos, contentos de vernos de nuevo después de seis meses sin vernos. También dimos la bienvenida a las nuevas incorporaciones. (…)
A las 5 de la mañana del sábado comenzamos las filas para facturar las maletas, sacando los pasaportes y finalmente para entrar en el avión. Realmente, estaba empezando nuestra aventura. La llegada fue un chute de energía para todos. Nos dedicamos a hacer unas pulseras para entregarlas el miércoles: 300 pulseras de muchos colores con el eslogan: Have A Huge Heart / Tener un gran corazón. El miércoles presentábamos nosotros la jornada que giraba en torno al corazón (los días antes: cabeza y manos; siguiendo el lema del Campo de Trabajo: Head, Hands, Heart)… y había mucho que preparar. Otros se dedicaron a aprenderse la coreografía del flash mob para realizarla el sábado por la noche para todos los del campo de trabajo y para el pueblo. También ayudamos en la cocina mientras hablábamos con los que vivían por la Ciudadela y de cómo llevaban esperando un año nuestra esperada llegada. (…) No faltó una visita al pequeño pueblo que nos acogía; ahí empezamos a experimentar el calor del país, pero tuvimos la suerte de tener una heladería cercana que aprovecharíamos muy bien durante toda la semana. (…)
Ya el lunes fue la gran bienvenida. Pasamos toda la mañana conociéndonos y nos fuimos separando por grupos para ocuparnos de las actividades siguientes y para los momentos de reunión o de reflexión. Nos fueron presentando y advirtiendo de las normas que tendríamos que aceptar durante la semana, todas muy simples y fáciles de respetar, como acostarse a una hora razonable para no molestar a los demás o no usar demasiado el móvil durante el día.
Empezamos a trabajar en los workshop,… había actividades de todo tipo: preparar la decoración del concierto del sábado, pintar murales, visitar un centro de desintoxicación o un centro de discapacidades múltiples, preparar actuaciones, bailes y hasta un grupo de percusión.
Esa tarde los españoles preparamos las canciones de la Misa en la Catedral. Cenamos y según nuestros grupos de esa mañana hicimos varios juegos, íbamos rotando para hacer todos, fue un gran método para conocernos bien y pasarlo genial. Una vez terminamos, fuimos a un campo enorme en el que hicimos una gran hoguera para dar comienzo al Campo de Trabajo: la primera hoguera de Hombre Mundo. Fue un momento precioso e inolvidable, con mucha unidad, como una gran familia. Los de Estados Unidos nos prepararon algunos snacks típicos.
La mañana del martes comenzaron los italianos con presentación sobre la cabeza. Con una introducción con un discurso del Papa en la JMJ sobre la relación que hay entre la felicidad y la comodidad de estar en un sillón y cómo el saber diferenciar entre las dos es muy importante. También con testimonios de vida.
Después de comer volvimos a los workshop y más tarde un taller de comunicación en el que debíamos preparar un vídeo, unos murales o algún montaje… Que representase la experiencia que estábamos viviendo durante este Hombre Mundo.
Lo último del día fue una misa preciosa al aire libre.
El miércoles era el momento de España, el corazón. Dos de nosotros se ocuparon de la presentación con un pequeño diálogo en el que introducían un Salmo sobre la relación de Dios y el amor que nos tiene por crearnos, terminado con la frase de ¿Por qué late tu corazón o por quién late tu corazón? Tuvimos unos momentos para reflexionar sobre el tema, después fue la entrega de las pulseras que tanto trabajo nos había dado. Por la tarde fuimos a conocer la ciudad de Zagreb: visitamos una mezquita y nos hablaron de curiosidades de su religión, como porqué obligaban a las chicas con pañuelo en la cabeza y descalzos. Esa noche cenamos en un parque todos juntos y marchamos de nuevo a casa con muchas ganas de dormir.
El día siguiente tuvimos una charla sobre las manos. Hicimos un mural poniendo nuestras manos llenas de pintura y acabamos… haciendo una guerra de pintura; tanto duró que tuvimos que ir a misa totalmente manchados de muchos colores. Comimos, nos duchamos bien y nos preparamos para la Feria de los Pueblos de la tarde, donde participamos varios países. Cada uno tenía un puesto en el que ponía comida típica, pequeños detalles de sus países y algunas fotos de sus ciudades más famosas. Esa noche tuvimos un gran concierto y estuvimos bailando hasta tarde todos juntos. Al volver a la casa pasamos por uno de los murales que habían hecho algunos en el workshop anterior y firmamos todos.
Ya se iba acercando la despedida pero aún quedaba bastante. Ese viernes por la mañana tuvimos una dinámica sobre el dolor y el amor. Fue una experiencia increíble, en ese momento nos dimos cuenta de que todos teníamos situaciones difíciles que no mostrábamos a los demás, por miedo o vergüenza. Muchos de los jóvenes de países en conflicto vivían unas situaciones muy duras y difíciles que nos fueron contando a todos los de la sala. (…) La misa siguiente fue muy reflexiva para todos; después de lo vivido por la mañana, todos estábamos bastante sensibles y tocados.
Los de Portugal a lo largo de la semana nos fueron haciendo una presentación de algunos de los países que habían venido a este campo de trabajo a través de vídeos y fotos de sus ciudades, inventos o tradiciones.
Por la noche nos reunimos los de España para hablar sobre cómo estábamos viviendo esta experiencia, compartimos momentos preciosos.
Después tuvo lugar una Vigilia, llevamos cada país nuestra bandera como símbolo de todos los países del mundo estábamos unidos por la paz.
La última mañana en la sala pusimos en común todo lo vivido en el Campo de Trabajo. Se iba notando la tristeza de la despedida cercana pero a la vez una gran alegría y emoción de poder tener el privilegio de encontrarnos allí todos juntos.
Todo comenzó con una experiencia de una española que no pudo venir debido a una enfermedad que se lo impide: Abril es una chica con mucha energía e ilusión por vivir que es un gran ejemplo para los demás, ella misma nos da la fuerza para que nosotros mismos podamos seguir adelante con su ejemplo.
Por la noche, los valientes y con ganas de actuar que habían estado ensayando toda la semana, nos mostraron un gran espectáculo con mucha creatividad y ganas de darlo todo. Vino bastante gente que lo disfrutó bastante. Una de los nuestros tocó el ukelele y cantó estupendamente una canción muy conocida. Como últimas actuaciones los españoles hicimos el flash mob y los portugueses bailaron su ya famoso baile. Fue una noche muy cansada y llena de abrazos de despedida.
Por la mañana, ya domingo, los más madrugadores empezaron las primeras despedidas y en cuanto marchó el primer autobús casi medio campo de trabajo acabo llorando; no por tristeza, sino por la alegría tan inmensa que habíamos vivido y que estaba terminado. Fueron saliendo los demás autobuses, España fue de los últimos y nos fuimos despidiendo poco a poco, rumbo a Sibenik, finalizando así la primera semana”.