Algo sobre nuestro paso por Mariápolis

 
Carlos y Adriana llegaron a la Mariápolis un fin de semana invitados por una familia amiga. A su regreso a casa nos escribieron estas líneas expresando sus impresiones al conocer la ciudadela.

Carlos y Adriana llegaron a la Mariápolis un fin de semana invitados por una familia amiga. A su regreso a casa nos escribieron estas líneas expresando sus impresiones al conocer la ciudadela.

  • “Este silencio me hace mucho bien”.
  • Lo bello de lo simple… lo desafectado, lo no contaminado.
  • Perder nuestra mirada en la inmensidad del horizonte y reposarla para sentirla aún más bella.
  • Esas sonrisas “dibujadas” permanentemente en cada rostro, esa tibieza casi mística.
  • Despertar entre los pájaros y los susurros de los moradores.
  • Caminantes “bicicleteros” que recorren a diario los trazados bellos de su arquitectura.
  • La caricia que produce en nosotros la mirada del otro.
  • El contagio del buen trato, hace aflorar en forma permanente el recuerdo de nuestros seres queridos. Quisiéramos que estuvieran aquí para compartir.
  • Recordamos que al traspasar la tranquera, necesitamos hacerlo junto a ellos (J. L. y M., por ellos vinimos) necesitamos abrazarlos en nuestro interior y agradecerles por todo esto.
  • O’Higgins ¡que misterio! Qué cantidad de recuerdos conservados en las arrugas de sus rostros y en los ladrillos de sus paredes.
  • ¡El sueño se nos cumplía! Nuestras almas se agitaban entre lo trascendental del encuentro con la paz.
  • “Dios en medio”, vaya si es verdadero, en cada cosa, en cada “buen día”, en cada “¡hola!”
  • Llegamos al lugar donde todos parecen conocerse desde siempre, donde estábamos seguros de haberlos visto antes, donde parece que cada uno de “ellos” son y forman parte de nuestros recuerdos.
  • Se va creando una “necesidad” de ver, de hablar con todos.
  • Los “ojos” de E., sus manos tersas y suaves, sus orígenes y su inmenso amor por B., su compañera que vigila mirando por los dos.
  • Esperar la hora de levantarse para “verlos”, saludarlos, eran nuestros nuevos hermanos.
  • Cada vez crece más… y más.
  • Es muy bello… muy bello

Gracias,

Carlos y Adriana, 2013