Semana Santa 2013: “Existe un Paraíso, y está aquí”

 
Casi 400 personas que compartieron los 4 días de Semana Santa y muchos que nos visitaron durante las tardes. Días de familia, de una única gran familia.

Parecía que la naturaleza de la Mariápolis se preparara para Semana Santa: pocos días antes los árboles comenzaron a cambiar su verde intenso por distintos tonos de amarillos, marrones y hasta rojos. El cultivo de soja de pronto se puso de un color carmín que al atardecer daba un sugestivo tono al paisaje. Y después sol. Tibio sol de otoño que invitaba al paseo, al estar en familia, conocer a nuevos amigos.

Casi 400 personas llegaron para vivir la Semana Santa junto a todos los habitantes de la ciudadela.

Muchos ya son habitués para esa fecha, como un matrimonio que con orgullo festejan su Pascua número 40 en la Mariápolis. Para otros era su primera visita.

Una pascua para todos: adultos, niños, jóvenes, familias enteras (una familia llegó con todos sus hijos y nietos: en total 23 personas) .Se vivían las celebraciones de cada día con mucha solemnidad, participación e interés.

Una gracia y una alegría especial fue este año poder vivir la Pascua junto al Papa Francisco. Se revivía a través de las imágenes, momentos de las distintas celebraciones que presidía el Papa: el lavado de los pies en la cárcel de menores, una parte del Vía Crucis, el mensaje Pascual y la Bendición Urbi e Orbi el domingo de resurrección.

Hubo momentos de reflexión profundizando la espiritualidad de la unidad y experiencias para presentar el amor al hermano el Viernes Santo, con la medida de dar la vida. Y el Sábado Santo, María Desolada, como modelo de humanidad realizada, con experiencias radicales en el mundo del trabajo y la familia.

Tal vez los mejor es dejar hablar a los protagonistas de la Semana Santa. He aquí una síntesis de las expresiones que nos dijeron antes de partir o que nos enviaron por mail en los días siguientes.

  • “Me impresionó la simplicidad con la cual compartían las experiencias del amor al hermano. Para mi es revolucionario porque solo conocía una espiritualidad individual, acabo de descubrir al prójimo.”
  • “Me di cuenta que la fuerza está en el intentarlo juntos, con el otro”.
  • “Existe un paraíso y está aquí. Gracias”.
  • “¡No logro salir de mi asombro! Conocía solo la Iglesia “de la forma” aquí escuché y vi otra cosa. Me di cuenta que quizás yo solo “sabía todo”, me voy movilizado, entendí que tengo que vivir! Aquí está la diferencia”.
  • “Todo fue un regalo de Dios. Aquí Dios siempre sorprende con sus gracias”.
  • “Repito dentro mío: gracias Señor, gracias Señor! Por todo lo vivido en esta Pascua, siento una profunda gratitud a Dios y a todos los habitantes de la Mariápolis”.
  • “Viví esta Pascua con Papa Francisco, me voy fortalecida”.
  • “Durante estos días pude reflexionar mucho y dialogar en familia, ha sido para mí muy importante”.
  • “Recuperé dentro mío la frescura de mis años jóvenes, cuando amar desinteresadamente era casi espontáneo”.
  • “Al visitar el Polo Solidaridad, esperaba escuchar un proyecto complejo, rebuscado con muchas causas y consecuencias, en cambio es de una simplicidad que cuesta entender… sobre todo porque a los cristianos se nos hace difícil cuando nos tocan el bolsillo… cuando tenemos que dar de nosotros mismos. Quiero comprometerme en primera persona con este proyecto”.
  • “Vi gente feliz, sirviendo las mesas, caminando por las calles, rezando”.
  • “Vi mucho amor por parte de los jóvenes en el momento de la recreación, sentía que recuperaba la esperanza”.
  • “Fue el lugar ideal para vivir los días de Semana Santa. Hemos participado de todas las celebraciones, reuniones y visitas programadas que hicieron que pudiéramos vivir la Semana Santa en plenitud y apreciar los emprendimientos que se desarrollan. Nuevamente nos sorprendieron los jóvenes que hacen su experiencia de vida, por su calidez, simpatía y deseo de construir un mundo mejor”.
  • “¡Gracias por habernos recibido en la Mariápolis! Lo hemos pasado hermoso. Llegamos muy bien a nuestro hogar pero ahora estamos sin luz desde hace varios días. Nos unimos a las oraciones por las personas afectadas por las inundaciones”.
  • “Lo que logran ustedes con el servicio silencioso, los pequeños detalles que tanto cuidan y las sonrisas siempre presentes, tal como lo haría Cristo si estuviera con nosotros, hace que se haga realidad Cristo en medio nuestro y uniéndonos a todos. Es una caricia de Dios para nuestra Alma estar en Mariápolis. Aunque Dios siempre nos cuida, en Mariápolis nos hacemos un poco mas conscientes de cuánto nos atiende y nos ama!”.
  • “Como hace más de 15 años junto a mi familia pasamos las Pascuas en la ciudadela, el espíritu de hermandad, amor y sentimiento por el prójimo se respira en especial en estos días y este año se agrandó con la presencia de amigos (hermanos) que dada la lejanía que nos separa (viven en San Luis) no nos vemos seguido, fueron días plenos llenos de Paz interior y de un gran sentimiento de seguridad de que transitamos el camino correcto hacia nuestro ideal, nuestros amigos quedaron maravillados, tanto que quieren volver pronto”.
  • “Quiero destacar algo que me conmovió: los testimonios del sábado. Confieso que me senté a escuchar sin muchas expectativas ¡pero que confundida estaba!, cada experiencia de vida compartida me conmovió enormemente. Agradezco a todas las personas que abrieron su corazón para trasmitirnos su amor y fe en Dios”.
  • “Para nuestra familia Mariápolis significa, Paz, Amor, Amistad. Desde que vamos tanto nosotros como nuestros hijos aguardan deseosos las Pascuas para poder estar con amigos y disfrutar todo lo hermoso que nos da este lugar”.
  • Gracias por este cálido mensaje!!!
  • “Una gran alegría sentir que sigue siendo mi casa y un gran clima de familia, sencillo y concreto.
  • Nos dio un aire nuevo e impulso para vivir en el día a día!”.
  • “Realmente fueron cuatro días de experimentar el paraíso en la tierra (…) Gracias”.
  • “Tuvimos una experiencia muy fuerte en Mariapolis, quedamos impactados por como transmiten la presencia de Dios en las pequeñas cosas, en las cosas simples. Volvimos con mas ganas de dar testimonio del amor de Dios en cada pequeña actividad”.
  • Soy de Mendoza, compartí en Semana Santa unos hermosos días junto a dos de mis hijos.
    Después de muchos años he vuelto a la Mariapolis y ha sido para mi un regalo que no tiene precio. La conocí en sus primeros años, vi edificar las dos primeras casitas de Villa Blanca y 5 de mis hijos: 3 varones y 2 mujeres hicieron en diferentes años la experiencia de vida comunitaria.
    Volver esta Semana Santa y vivirla alli con la multitud de familias, niños, jóvenes  que nos acompañaban fue un anticipo del Paraíso.
    Su crecimiento edilicio es una manifestación de que la mano de Dios obra en ella permanentemente. El esplendor de los arboles es un marco impagable que muestra que la naturaleza acompaña a esta obra humana y divina”.

FOTOS DE ESOS DIAS QUE NOS DEJARON NUESTROS HUESPEDES