Creando Cultura EdC (Economía de Comunión)

 
Apuntes del Encuentro: Economía de Comunión: “expresión de la cultura del dar”. Con el título "Tierra, tierra... cielo, cielo", se realizó en Paraná, Entre Ríos, a fines de septiembre.

“Un día, hace muchos años, yendo por el camino hacia el trabajo, me di cuenta que no era un empresario feliz”.

Así arrancó su testimonio Armando Tortelli, empresario brasilero, en la charla que se llevó a cabo el pasado 27 de septiembre en el Colegio de Abogados de la ciudad de Paraná y que daba apertura al XXXII Encuentro de Empresarios de la EdC en Argentina, que continuaría luego el 28 y 29 de septiembre en el Centro Mariápolis El Salvador.

Un hecho como el que contó Armando fue clave en su vida, él era un empresario exitoso, tenía una familia hermosa, pero evidentemente estaba insatisfecho.

Luego llegó Chiara Lubich, lanzó en 1991 la EdC y comprendió que no era una tarea seguramente sencilla ni fácil, aunque sí fascinante y le daría un vuelco a su vida. Hoy, junto a su mujer, Roselli y 5 de sus hijos, gestionan 4 empresas, una de ellas una distribuidora de medicamentos con sede en Curitiba.

“¿Cómo se produce una nueva cultura?” Se preguntaba Armando, “con el ejemplo, si no mírenlo al Papa. Por lo tanto un empresario debe dar el ejemplo si quiere generar una nueva cultura”.

Su rubro es un mercado complicado, en general es un negocio donde no se puede crecer sin coimas. Esto se lo decían siempre los funcionarios que empezaban a trabajar con él. Hoy esos funcionarios son los que propagan la cultura EdC en la empresa.

También tienen una pequeña financiera que le presta dinero a empresas que no consiguen crédito bancario, obviamente por el “alto riesgo” que considera el Banco que ellas tienen, y Armando agrega: “Nosotros les prestamos, pero no se trata de darles el dinero solamente, se trata de entrar en su problema. Para nosotros es una alegría cuando terminan de pagar. No los queremos mantener de rehenes para luego volver a prestarles”.

Antes del final de la charla un concejal del partido socialista, vino a anunciar que el Encuentro de EdC se había declarado de interés municipal. Fue muy curiosa la anécdota que contó sobre Chiara Lubich ya que sin ser parte del Movimiento de los Focolares, dijo que a los 12 años coleccionaba estampillas y como le faltaban de Italia decidió escribirle a Chiara para pedírselas. Sorpresivamente Chiara le mandó un sobre lleno!. Luego la vida hizo que estando en la facultad de Ciencias Económicas conociera una chica, su actual esposa, que participaba en el Movimiento.

Para concluir leyó esta frase de Chiara Lubich:

“Como toda planta creada por Dios absorbe del terreno sólo el agua necesaria, también nosotros tratemos de tener sólo lo necesario. Es mejor que de vez en cuando veamos que falta algo. Es mejor ser un poco pobres que un poco ricos”.

El sábado por la mañana comenzó con el tema central del encuentro: “La economía de comunión como expresión de la cultura del dar”. La Lic. Patricia Santoianni realizó un interesante desarrollo antropológico de la cultura del dar en los pueblos originarios. Destacó que sólo el que da tiene nombre, rostro. Sólo el que da, es. Más tú das, más tú eres.

Por la tarde se realizaron talleres, algunos con trabajos de grupos y otros individuales donde se nos requería meditar profundamente en el camino que tenemos por delante si intentamos vivir la EdC. Sin dudas que para vivir esta aventura, hay que estar preparado y fundamentalmente, convencido.

En la puesta en común, Nando, un joven empresario de La Plata, contestó algunas de las preguntas: Desde mi camino recorrido en esta nueva forma de concebir y vivir la economía, ¿qué les puede aportar esta idea de EdC a los jóvenes que se están formando en esta nueva visión?

“Piénsenlo, y agárrense”, disparó Nando. “No crean que van a cambiar el mundo, se van a transformar a sí mismos”.

También sorprendió el testimonio de Rogelio, que se presentó como no creyente y contó que se enteró por el diario del encuentro y se inscribió. Está desarrollando su tesis “Contribución de las Cooperativas al desarrollo”.

Qué riqueza la de un grupo tan diverso, creyentes, no creyentes, jóvenes y adultos, empresarios, estudiantes, estudiosos, empleados, desempleados, de diferentes ideologías políticas. Éramos 110 y veníamos de toda la Argentina más una hermosa delegación de 13 paraguayas.
La noche nos sorprendió con cordero al asador, folclore, payadas y chacareras!

El domingo por la mañana recordamos a nuestro nuevo protector de la EdC en el cielo: Horacio Pirotta. Ceci Di Lascio recorrió algunos de los pasajes más lindos de la vida EdC de Horacio y que por ejemplo “Nexus”, la empresa de Horacio y Blanca, nació para crear lazos, para sanar vínculos rotos en las empresas.

Antes del final llegó el bloque latinoamericano para conocer las diferentes realidades, porque es necesario hacer crecer la comunión entre nosotros, y si bien la EdC es una, mundial y global también es completamente boliviana, mexicana, cubana, paraguaya, argentina, donde la diversidad se convierte en riqueza.

El momento de las conclusiones siempre ha sido mi favorito. Les dejo algunas de las impresiones que rescaté:

“Cuando hacemos la experiencia de donarnos al hermano nunca más nos falta nada”.

“No poner en común es perderse la gracia que llegue la providencia”.

“La EdC será tan grande como grandes sean nuestros sueños”.

“Chiara sacaba lo mejor de Dios en las personas, era una gran estratega”.

“Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos”.

Y si alguno se preguntaba por qué la tarjeta de invitación decía en el título: “Tierra, tierra … cielo, cielo”, acá les dejo el extracto de un escrito de Igino Giordani:

“De modo que las relaciones entre los hombres son un juego de amor: aparentemente, uno da y otro recibe, pero en realidad ambos reciben y dan al mismo tiempo; ya que aquellos a quienes servimos, nos dan el privilegio de que en ellos sirvamos a Dios (…)

Entonces se nos ofrece un criterio muy simple para juzgar si estamos bien con Dios. Estamos bien con Dios si estamos bien con el hombre. Amamos a Uno en el cielo si amamos al otro aquí en la tierra. Es muy simple: muy tierra tierra, porque muy cielo cielo…”

Entonces amigos ¡hasta la vista en otoño del 2014! …o antes…en cualquier lugar del mundo por donde nos encuentre la comunión!

Colaboración de Carolina Carbonell (Rosario, Santa Fe)